En México, el incremento que se ha dado al presupuesto público destinado al sector no ha generado mejoras en la salud de los mexicanos ni ha logrado que el sistema público de salud obtenga los niveles de rendimiento esperados para la cantidad de dinero que se le invierte, señaló la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), informó El Universal.
En su reporte Estudios de la OCDE sobre los sistemas de Salud: México 2016, el organismo calificó que el sistema público se encuentra en una situación “crítica”.
“A 10 años de la instrumentación del Seguro Popular, el sistema de salud en México se encuentra en una posición crítica”, afirma tras reconocer que han mejorado, entre otros, el acceso a los servicios, el que se redujera la enfermedad como factor de pobreza y se disminuyera la mortalidad infantil, plantea que hay otros indicadores que son aún preocupantes.
Explica que esa situación se deriva de “ineficiencias bien arraigadas”, como las que ocurren en el excesivo gasto administrativo, los más altos de la OCDE y que no bajaron en la última década. Añade que también se debe a que el gasto que tienen que hacer las familias también es el más alto dentro de la organización y por el incremento en el número de personas con obesidad y diabetes.
“Otras métricas clave implican ineficiencias bien arraigadas en el sistema: los costos administrativos, 8.9% del gasto total en salud, son los más altos de la OCDE y no bajaron en la década pasada. El gasto de bolsillo se ubica alrededor de 45% del gasto total en salud, también el más alto (de la organización)”, explicó.
Esta situación de crisis, argumenta, ha ocurrido a pesar de que entre 2003 y 2013 el presupuesto destinado al sector recibió un incremento de 2.4% a 3.2% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.