El informe de seguimiento de la Educación para Todos (EPT) en el mundo 2015, “La educación para todos 2000-2015: logros y desafíos”, revela que México sólo logró cumplir dos de los seis objetivos planteados en 2000, que incluyen mayor atención a la primera infancia y universalización de la educación primaria.
Sin embargo, no alcanzó las metas, aunque “está muy cerca” en reducir 50 por ciento el analfabetismo en el país, garantizar la paridad e igualdad de oportunidades de acceso educativo para niñas y niños, pues si bien cumplió en primaria, no tuvo los mismos resultados en secundaria, mientras que tampoco logrará cumplir con garantizar una educación de calidad para todos ni dar oportunidades a jóvenes y adultos de alcanzar los aprendizajes indispensables.
Nuria Sanz, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, afirmó que cumplir con los seis objetivos educativos acordados en Dakar, en el año 2000, es una “cuestión de tiempo” para México, tras insistir que “sí hubo avances y está muy cerca”.
En contraste, Carmen López, jefa del programa de Educación, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), quien acudió a la presentación oficial del informe en México, destacó que aún persisten “graves inequidades en el logro de estos objetivos porque vemos marcadas diferencias si analizamos cómo están en éstas metas los niños indígenas y los no indígenas”.
Señaló que no todos los niños, adolescentes y jóvenes de México están incluidos en los avances reportados por la Unesco, como la reducción de la muerte infantil, que a nivel nacional afecta 14 de cada mil niños menores de un año, pero que para los menores indígenas se eleva a 22.8 por ciento.
En cuanto al acceso a la educación, destacó que la tasa neta de matriculación en primaria, el sector más rezagado son los niños indígenas con 70 por ciento, al igual que en las tasas de deserción, que afectan en mayor grado a entidades con altos porcentajes de población indígena como Chiapas, Guerrero y Oaxaca.
A esto se suma, dijo, que en las aulas donde acude este sector de la población persiste el uso de una lengua, distinta a la materna, que dificulta sus procesos de aprendizaje, al tiempo que se carece de suficientes maestros indígenas formados para enseñar en lenguas nativas.
La Jornada