La mamá es una trabajadora aferrada, le encanta su trabajo. Es intérprete traductora trilingüe, habla inglés, francés, español, y si hubiera sabido más zapoteco lo hubiera integrado también. Ella es de carácter muy determinado. El mundo siempre le quedó muy chiquito. Fuimos a vivir a París porque mi mamá decía que era la ciudad luz y entonces decidió que era la ciudad para ella… Es una persona muy alegre. Le gusta tanto estar haciendo cosas, que al cabo de un rato está bien cansada”.
La voz de Hrindanaxi Villagomez Sánchez se escucha agotada, la desazón no le deja, por momentos, completar las frases. Hasta ahora al hablar de Luz María, su madre, lo ha hecho en presente. Como si estuviera aquí.
Pero no. Y aunque quisiera no recordarlo, la joven expresa, como en un apagado murmullo:
…“Mi mamá no merecía morir así”.
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Luz María Sánchez y su hija Elisa viajan a bordo un Versa placas 162ZBW, de Uber, con destino a la estación de autobuses de Oriente, Tapo. Van a Xalapa, a una boda.
Amanece. Al circular por el Eje 3 Oriente Francisco del Paso, a la altura de la avenida Girasoles, en Iztacalco, el chofer, Juan Carlos Collado, de 29 años, pierde el control del automóvil y choca contra un parabús y una columna de concreto.
El golpe destroza el frente del vehículo, provocando la muerte de Luz Maria, de 58 años, quien viajaba como pasajera. Elisa resulta con lesiones graves que merecen trasladarla de inmediato al hospital. Ambas viajaban con el cinturón de seguridad abrochado.
Los primeros reportes indican que el chofer se quedó dormido. Termina con heridas en el brazo, rostro y tórax, al quedar prensado junto con el cuerpo de Luz María, por lo que bomberos laboran para rescatarlos de entre los restos del vehículo.
Tras ser liberado, Juan Carlos es llevado a un hospital para recibir atención médica, mientras el cuerpo de la mujer es trasladado a la Coordinación Territorial Iztacalco 3.
Los peritos trabajan para determinar las causas del accidente, pero se perfilan como hipótesis el exceso de velocidad, que el conductor se haya quedado dormido o incluso que manejara bajo el influjo de drogas o alcohol.
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Manuel Vega, sobrino de Luz María, publicó una carta abierta a Uber, a sus usuarios y a sus socios:
…Así de pronto, mi tía, una mujer de 58 años (no de 70, como erróneamente varias notas mencionaron), trilingüe, perito traductor certificada por el Tribunal Superior de Justicia, murió por el impacto.
Mi prima Elisa, una adolescente que acababa de cumplir dieciocho, sufrió múltiples lesiones internas muy severas, que la tienen hoy en la cama de un hospital con un coma inducido. La quemadura que quedó entre el hombro y el pecho de ambas, es la muestra de que traían el cinturón puesto.
La historia del después ha sido una larga jornada emocional para la familia.
En el momento del accidente, a mi prima se la llevan a una pequeña clínica en Iztacalco para ser atendida urgentemente. Al chofer también. Mientras tanto, el cuerpo de mi tía no lo pudimos localizar hasta aproximadamente las once de la mañana. Cuando yo llego al Ministerio Público donde por fin lo encontramos, ni #Uber, ni la aseguradora del vehículo se habían aparecido físicamente. Tanto en el Ministerio como en el Hospital General Balbuena, donde eventualmente movieron a mi prima, para buscar una mejor capacidad de atención en calidad de urgente.
…Los accidentes pasan, eso es un hecho. Quizá pudo pasarle a bordo de un taxi de la calle, la diferencia es que se supone que esta es una manera mucho más segura de subirse a uno. Los socios de #Uber tienen responsabilidad, claro, pero la plataforma digital tiene una corresponsabilidad directa. La misma palabra “socio” determina esta condición. #Uber cobra comisión por cada viaje, #Uber filtra y se supone que hace exámenes de rigor a quienes son sus socios. Donde hay que poner el ojo clínico son la condiciones y los porqués que desencadenan un accidente así. ¿Cuáles son realmente los protocolos de seguridad de la compañía para asociarse? ¿Los choferes subcontratados bajo qué filtros pasan? ¿#Uber qué tan riguroso es? ¿Los requisitos sobre seguros qué tan homogéneos son? ¿Por qué el conductor del vehículo de mi tía estaba tan cansado?
Finalmente, al día siguiente, #Uber reaccionó como debió haberlo hecho desde el primer segundo y mandó a sus abogados a pagar los 70 mil pesos del funeral de mi tía. Venían del hospital de ver las condiciones en las que estaba mi prima. Pero esta reacción, desde la parte que me toca a mí contar, parece haber sido provocada después de la llamada con un directivo y un par de correos. Repito, todo en medio de una situación emocional muy intensa en la que uno no siempre es dueño de sí mismo.
Hoy, la compañía, debo aceptar, parece estar más cerca. Dicen que se van a hacer cargo de todo. Todo, a ver. Eso implica los gastos de mi prima que sigue peleando en el hospital y su recuperación física y emocional posterior, esperando el mejor resultado. Además de las debidas indeminizaciones para que mis primas queden bien cubiertas, sobre todo Elisa, a quien hay que pagarle la universidad y manutención de al menos, los siguientes 5 años. Pero insisto, dicen. Hasta no ver no creer y hoy, no hemos visto nada.
Hoy, yo ya no confío en #Uber. Creo que después de leer esto, cualquier usuario debería saber a qué se atiene cuando se sube a uno. Es una compañía que porta una bandera de visión social y comercio colaborativo. Una compañía que llega a refrescar y acaparar una categoría de mercado y cuando ha sido atacada, la gente la ha adoptado defendiéndola. Yo fui uno de ellos. Pero en el momento de responder con la sensibilidad que requiere a la misma gente que la defendió, me quedó con la impresión de una compañía más que le interesa el dinero por encima de sus clientes.
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Hrindanaxi:
“El sábado 30 de junio, mi suegro, Salvador, me despierta como a las seis y media de la mañana. Me dice que nos llamaron y que me comunicara urgentemente.
“Me da un número telefónico, que anoto en un papel. Marco a ese número y me dice que es un celular, luego que es un Nextel. Y consigo dar con la persona que me llamó. Mi suegro me había dicho que no sabía bien qué era. Yo marco al celular y me contesta un hombre. Me pregunta quién soy y… es muy confuso, pero me pregunta qué soy de Elisa y de Luz María. Y le digo que son mi hermana y mi mamá. Me dice con una voz que trata de ser tranquila, que ellas tuvieron un accidente y que él la está llevando en la ambulancia. No me dice a quién. Y me da la dirección de la clínica a la que la iban a llevar. Me dice una ubicación aproximada…
”Y después comenta: ‘No sé si lo que te voy a decir haga un bien o un mal, pero tu mamá falleció’…”
Pausa inevitable. El dolor por la pérdida lacera el ánimo de la joven. Así, confiesa, está toda su familia.
“Entonces, bueno, mi marido toma el teléfono y la persona termina de explicarle dónde se encuentra mi hermana. Salvador, mi marido y yo nos vamos en coche. Investigamos más o menos en dónde es y nos vamos lo más rápido que podemos. Nos perdimos, llegamos a la clínica y ahí me tuvieron esperando un rato. Pregunto dónde está mi mamá y nadie sabe decirme. No saben a dónde se la llevaron. En realidad no sé qué hice para tratar de saber en dónde estaba mi mamá. Esta es la peor parte. No encontrar su cuerpo. No saber cómo la trataron.
“Al cabo de un rato examinaron a mi hermana y me dejan verla. Está despierta, consciente. Y me pregunta ‘¿en dónde está mamá?’..”
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Uber, o sus representantes, primero llegaron numerosamente.
Escribió Manuel Vega:
“¿Habían llamado ambas entidades? Sí. ¿Dijeron que se harían cargo? Sí, lo cual era una obviedad que ni a discusión estaba.
El problema es que hasta ese momento, solo en dicho, no en hecho. No fue hasta que ya habían pasado casi 8 horas que yo tuve que hablar con el jurídico de #Uber para que enviaran a alguien que por cierto, me alegaba que su ajustador ya estaba ahí poniéndose a la defensiva. Un alegato sin sentido porque yo sí estaba ahí, a menos que el ajustador fuera el hombre invisible. En ese momento el cuerpo de mi tía no podía permanecer una hora más en el Ministerio Público ya que por ley, tenía que ser trasladado al Servicio Médico Forense dada la naturaleza de su defunción: un homicidio culposo.
“Por otro lado, en un cuaderno donde íbamos anotando el nombre de nueve personas con sus respectivos teléfonos diciendo que representaban a #Uber y dos aseguradoras, nos empezamos a confundir sobre quién era quién y qué hacían. Esto habla de que no existía realmente un protocolo para una contingencia así, o al menos, eso parecía. Hoy sigo creyéndolo. Extraño, puesto que uno pensaría que una compañía de billones de dólares que se dedica a mover gente con choferes-socios privados, tendría esto pensadísimo y afinado como reloj suizo. En esos momentos uno agradecería tener a un experto guiándolo en momentos tan trágicos”.
No obstante, la compañía se desvaneció poco a poco, y apenas apuntó en redes sociales, no en un comunicado oficial, sino en un posteo en Facebook, y en respuesta a otro:
“Nuestros corazones y apoyo están con las familias y seres queridos de los usuarios y socio-conductor durante este tiempo difícil. Estamos trabajando de cerca con las autoridades para asistir la investigación correspondiente”.
“Hasta ahora Uber no ha respondido en ningún aspecto –revela la hija de doña Luz María, en entrevista para Excélsior–. No se hicieron cargo de ningún tratamiento, ninguna atención médica de mi hermana. Que yo sepa, están viendo una concertación. No lo sé. Hasta donde yo sé no se hicieron cargo de nada. La familia está consternada, incrédula, enojada. Estamos muy sensibles. Y pues de cierta forma hay que buscar consuelo entre nosotros; lo que a veces es muy difícil”.
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“Elisa felizmente se está recuperando –explica su Hrindanaxi–. Pasamos dos semanas muy difíciles. Sus órganos internos sufrieron muchas lesiones. Su columna vertebral seguramente va a quedar dañada de por vida. Supondré que habrá secuelas porque el golpe fue muy fuerte, pues los médicos me dijeron que fue un golpe de una violencia increíble. Me dijeron que hicieron lo que pudieron. Felizmente mi hermanita está mejor y tendremos, claro, que atender secuelas que le van a quedar.
“Elisa tiene 18 años. Acaba de terminar la preparatoria y justamente estaba en ese proceso, de elegir su vida futura. Su carrera. Bueno, todavía no había tomado decisiones definidas… ”
“A mi mamá le gustaría vernos unidos en todo, en las cosas importantes, en las cosas no importantes, como el teléfono. Por eso mismo se iba de viaje ese día. Iba a la boda de mi prima y muchos de nosotros no podíamos ir. A mi mamá le gustaba además que estuviéramos todos juntos y en la pachanga. Eso es lo que le gusta de su familia, que cuando se reúnen hacen pachanga. La boda de mi prima fue en Xalapa. Fue una boda muy bonita. Vi las fotos”.
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La empresa Uber ha enfrentado por lo menos un par de demandas en Estados Unidos, por accidentes fatales. La primera fue por homicidio imprudencial luego de que un chofer atropelló a una familia en San Francisco, California en el 2013.
El más reciente fue en el pasado mes de enero, cuando la familia demandó a la compañía por la muerte de Pablo Sánchez Jr., víctima de un violento choque y una explosión en el suroeste del Condado Miami-Dade.
En México es la primera vez.
—Tu familia, ¿demandará?
—Mi familia está concertada y estamos todos de acuerdo en que habrá una demanda contra Uber; de eso estamos convencidos. Tome el tiempo que tome, pero será algo muy concreto directo y determinado. Es importante que se haga justicia en estos casos. Para todas las familias.
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Hrindanaxi Villagómez perdió a su madre la mañana del sábado 30 de julio, cuando el chofer de un Uber se quedó dormido.
“¿A Uber? La verdad yo no sé qué decirle a Uber”.
Fuente: Excélsior