Mujeres de doce estados están a merced de asesinatos, desapariciones y violaciones.
En nueve entidades la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres está en proceso de aplicarse, mientras que en tres ya opera, de acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim).
Las que tienen problemas para garantizar una vida libre de violencia y segura a sus mujeres son Baja California, Michoacán, Colima, Guanajuato, Sonora, Querétaro, Veracruz, San Luis Potosí, Quintana Roo, Morelos, Jalisco y el Estado de México.
Un estudio del Instituto Nacional de las Mujeres, ONU-Mujeres y la Secretaría de Gobernación detalla que tan sólo en 2014 dos mil 289 mujeres fueron asesinadas por razones de género en el país. Morelos, por ejemplo, registró 50 homicidios, Jalisco 106 y el Estado de México 359.
Irinea advirtió a su hija Mariana, asesinada a los 29 años, que no aprobaba a su pareja.
“El hombre que golpea por primera vez nunca deja de golpear y ese hombre hasta te puede matar”, le dijo, pero no pudo evitar el crimen .
FALLAN 12 ESTADOS EN DEFENDER A MUJERES
Son 12 las entidades que han fallado en garantizar una vida libre de violencia y segura a sus mujeres; nueve de ellas están en proceso de que se les decrete alerta de género y en tres más ya se decretó, de acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim).
Según el organismo, los estados que están en proceso para que se decrete una alerta son Baja California, Michoacán, Colima, Guanajuato, Sonora, Querétaro, Veracruz,
San Luis Potosí y Quintana Roo.
El director de la organización civil Justicia, Derechos Humanos y Género —ONG miembro del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF)—, Rodolfo Manuel Domínguez, aseveró que la falta de acciones por parte de los gobiernos estatales para protegerlas ha ocasionado que en Morelos, Jalisco y el Estado de México se haya decretado una Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM).
De acuerdo con el activista, Morelos, Jalisco (en donde se decretó la alerta recientemente) y el Estado de México han fallado en sus acciones para erradicar la violencia de género, aunque este último lanzó el pasado 9 de mayo, en presencia de ONG, de la Conavim y del OCNF, una serie de estrategias para detener el asesinato y desapariciones de niñas y mujeres.
Un estudio presentado en conjunto en abril pasado por Inmujeres, ONU-Mujeres y la Secretaría de Gobernación detalla que sólo en 2014, dos mil 289 mujeres fueron asesinadas por razones de género en el país. Morelos, por ejemplo, registró 50 homicidios, Jalisco 106 y el Estado de México 359.
A esta alarmante cifra de asesinatos le sigue Chihuahua, con 167, entidad que, pese al alto número de feminicidios, ni siquiera figura en la lista de la Conavim para que se le decrete una alerta de género.
Guerrero reportó hace dos años la muerte de 176 de sus mujeres; la Ciudad de México 141; Oaxaca 133, Tamaulipas 127 y Jalisco 106 decesos violentos.
Asimismo, Rodolfo Domínguez expuso que de 2008 hasta el momento se han solicitado 19 alertas de género, tres de ellas ya decretadas, y nueve están en espera, ya sea por feminicidios, violencia u otros delitos contra mexicanas.
Las entidades para las que fueron solicitadas las alertas son Oaxaca, con 133 feminicidios en 2014, Guanajuato (65) —con dos alertas: una en 2009 y otra en 2013—, Estado de México (359) —ya decretada—, Nuevo León (73), Hidalgo (40), Chiapas (64), Morelos (50) —ya decretada—, Colima (17), Michoacán (79), Baja California (74), Sonora 55), Jalisco (106) —ya decretada—, Veracruz (90) —con dos alertas: una en 2015 y otra en 2016— Querétaro (19), San Luis Potosí (41), Quintana Roo (22) y Tabasco (26).
El camino a la alerta
El también abogado asesor del OCNF explicó que se decreta la alerta de género cuando las entidades incumplen con las recomendaciones de un grupo multidisciplinario —conformado por un miembro de la Conavim, de Inmujeres, de instancias locales de las mujeres y una persona de la CNDH, además de dos académicas de la entidades donde se solicitó la declaratoria y de dos más de otras partes del país— para protegerlas contra la violencia, desaparición y muerte.
En caso de que los gobiernos estatales no cumplan con las recomendaciones, Inmujeres solicita la AVGM a la Segob.
Datos del Inegi reportaron el año pasado mil 848 muertes violentas contra mujeres. La entidad que registró mayor número de homicidios fue el Estado de México (337), posteriormente Guerrero (131), la Ciudad de México (120), Jalisco (114), Chihuahua (98), Veracruz (93), Oaxaca (77), Tamaulipas (57), y Sonora y Nuevo León, con 52 cada una.
A su vez, Mariana Cervantes, miembro del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social, lamentó que en México cada 3.4 horas una mujer es asesinada; es decir, siete al día o bien, dos mil 555 al año.
¿Cuándo se considera feminicidio?
Añadió que “el feminicidio es cuando matan a una mujer por razones de género, cuando presenta signos de que fue privada de su libertad, o violentada antes o después del feminicidio, o cuando su cuerpo es encontrado en la vía pública, entre otros aspectos”.
Ana Yeli Pérez, de la ONG Católicas por el Derecho a Decidir, dijo que el rango de edad de la mayoría de las víctimas de feminicidio están entre los 20 y los 30 años, aunque está presente en todas la edades, mientras que en el caso de las desaparecidas están entre los 14 y los 17 años.
Resaltó que el feminicidio está tipificado en 31 entidades del país; sin embargo, aunque está tipificado varios no cumplen con las hipótesis requeridas y entonces dichas fallas dejan fuera muchos casos.
“Hay estados en donde el feminicidio está mal tipificado, debido a que establecen hipótesis subjetivas o no tienen contempladas todas las hipótesis que se propusieron en el Código Penal Federal, que es como, digamos, la guía, por lo que muchos casos quedan fuera.
“De acuerdo con el Código Penal Federal, se considera un feminicidio cuando se priva la vida a una mujer por razones de género, por ejemplo, cuando el cuerpo presenta signos de violencia sexual; es decir, encontrarla semidesnuda, independientemente de que no se pueda acreditar una violación, aunque no se requiere en el tipo penal; lesiones degradantes y mutilaciones, que es una extrema saña que se presenta en el cuerpo de las víctimas y que representa odio y misoginia.
“La incomunicación, donde ellas son previamente desaparecidas y luego son halladas asesinadas, donde hubo una manipulación del cuerpo, cuando los agresores tienen el control del cadáver.”
Ana Yeli evidenció la falta de claridad de las procuradurías estatales y federal para la recaudación de datos de mujeres y niñas desaparecidas o asesinadas, con información certera y detallada de caso por caso, clasificada y tener número de averiguaciones previas, casos consignados y procesados, ya que esta información forma parte de un Estado de derecho para poder realizar políticas efectivas para poder combatir un problema social de este tipo.”
En días pasados, la Segob admitió que “en los estados no hay una legislación homologada, no hay capacitación de los ministerios públicos para darle seguimiento a estas propuestas, faltan protocolos de trato; debemos evitar la revictimización.”
¿QUÉ ES UNA ALERTA DE GÉNERO?
De acuerdo con la Conavim, la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) es un mecanismo que permite mejorar la calidad de vida de las mexicanas, pues a través de ésta se implementan las acciones necesarias para garantizar el derecho de las mexicanas a un vida libre de violencia.
La AVGM se declara cuando en un territorio determinado existe una situación grave de violencia en contra de las mujeres asociada a prácticas machistas y patriarcales persistentes en la sociedad.
La solicitud se presenta ante el Inmujeres (Secretaría Ejecutiva del Sistema), que verifica los criterios de admisibilidad y, en caso de que éstos se cumplan, da entrada a la solicitud.
Una vez admitida la solicitud se conforma un grupo de trabajo que cuenta con 30 días naturales para analizar la situación de violencia contra las mujeres que existe en un territorio determinado, y elaborar un informe con sus conclusiones y propuestas para enfrentar la problemática.
“El hombre que golpea una vez, golpea siempre”
En 2006, Mariana llegó al centro de Justicia de Chimalhuacán, Estado de México, a realizar su servicio social, pues estudiaba derecho. Ahí conoció a quien más adelante sería su esposo y asesino, el agente judicial Julio César Hernández, de 45 años.
Tras casi dos años de haberlo tratado, Mariana inició una relación con Hernández, en enero de 2008, y seis meses después anunció a sus padres que contraería nupcias con el policía judicial en diciembre de ese año.
“Nosotros no estuvimos de acuerdo, aún no se recibía y era muy joven, pero ella nos dijo que si no queríamos asistir a la boda que no había problema, que ella lo entendería; sin embargo, sí la apoyamos e iniciamos con los preparativos.
“Se realizó la boda en tiempo y forma, pero luego de tres semanas ‘se terminó la luna de miel’, ya que le propinó su primer golpiza. Nos habló por teléfono un domingo para decirnos que la había maltratado. Inmediatamente fuimos su padre y yo por ella, estaba muy lastimada, ya había preparado sus maletas, Julio César no estaba. No sólo la agredió, también la amenazó de muerte; le dijo que la golpearía con un bate hasta matarla y luego la echaría a la cisterna, pues ya había arrojado a otras dos ‘viejas’ anteriormente ‘por no haberlo tratado como él se merecía’”, relata Irinea Buendía, madre de Mariana.
Irinea advirtió a Mariana que “el hombre que golpea por primera vez, nunca deja de golpear y ese hombre hasta te puede matar”, pero ella “no tenía la fuerza para dejarlo, pues si Julio César le llamaba inmediatamente regresaría con él”.
Mariana se fue con sus padres, pero días después lo disculpó, ‘quizá él cambiará’, y regresó con él. Su madre cuenta que el primer signo de violencia se mostró cuando Hernández le exigió a Mariana que dejara de trabajar, que ella tenía que dedicarse de tiempo completo a la casa y a él.
“Julio César no le mejoró la vida en ningún sentido, ni siquiera económicamente. Sólo contaba con lo básico: estufa, refrigerador, dos sillones, la cama y un minicomponente, del cual ella no podía hacer uso, a menos que Julio César lo autorizara. Vivía en una casa que estaba en obra negra. Si él salía la dejaba encerrada. Vivió día, tarde y noche en total violencia. Le llamaba todo el tiempo para saber qué hacía, dónde y con quién estaba. Cuando salía al mercado le contaba el tiempo y le marcaba a cada momento para saber su ubicación o si alguien se le acercaba.”
En octubre de 2009, el foco de alerta se prendió en rojo cuando Hernández llamó a Irinea para advertirle que mataría a Mariana. Tiempo después volvió a llamarla para asegurarle que mataría a su hija. Intentó hablar con él sobre los amagos, “pero nunca se prestó a hablar, él sólo se limitaba a decir que ya estaba demasiado grande para recibir ‘consejitos’”. Los insultos, humillaciones y golpizas continuaron los días posteriores.
El 28 de junio de 2010, Mariana se armó de valor. Fue a casa de su madre y le anunció que dejaría a Julio César. Pidió dinero prestado a Irinea para ir a denunciarlo y posteriormente encontrarse con una abogada, quien le daría trabajo. El futuro de Mariana pintaba bien. “A las 12:30 salió de mi casa llena de ilusiones y con la fuerza suficiente para comenzar una nueva vida. Mariana estaría de vuelta a la hora de la comida, a las 15:00 horas, para contarme sobre la denuncia y su nuevo empleo, pero no llegó.
“Yo pensé que este hombre (Julio César) la había vuelto a convencer, por lo que no hice nada por buscarla en su casa. A las 5:50 horas del siguiente día me habla Julio César para decirme que mi hija se había colgado.
“Perdí la cabeza, no puede manejar, así que llame a un taxi, le llamé a Ramón, esposo de otra de mis hijas, y le pedí que viniera con urgencia. Llegamos a casa de Mariana mi hija, hijo y yerno. Las puertas principal y del departamento estaban abiertas, entramos y vimos a mi hija muerta sobre la cama.
“Mi hija estaba bañada y había unas toallas mojadas sobre la cama. Se veía muy golpeada. El piso de la habitación estaba lleno de tierra porque la casa estaba en obra negra y extrañamente ella tenía los pies limpios.”
Irinea advierte que Julio César alteró la escena del crimen. El agente del Ministerio Público llegó y tras Julio César, reclamando una supuesta carta que había dejado Mariana “antes de suicidarse”.
El médico legista declaró que Mariana ya tenía entre ocho y diez horas de haber muerto. La necropsia reveló asfixia por ahorcamiento. También se reveló que mi hija había ingerido drogas.
A casi seis años de la muerte de Mariana no hay culpables; empero, el caso fue atraído por la Suprema Corte debido a diversas inconsistencias en las diligencias. Actualmente, Irinea Buendía y su familia están a la espera del fallo del máximo tribunal; sin embargo, omitió dar avances del proceso.
MÉXICO CONTAGIA ALERTA DE GÉNERO A OTROS PAÍSES
MORELIA.— Aunque México cuenta con la mejor ley a escala internacional para atender la violencia de género, en el país se asesina al menos una fémina cada siete horas, destacó Emanuela Borzacchiello, especialista de la UNAM.
A decir de la experta, a través de un análisis que elaboró una comisión de especialistas en la violencia de género, México posee la ley mejor elaborada para atender el problema, e incluso incorporó el mejor instrumento es la Alerta de Género, misma que se pretende replicar en otros países.
No obstante, destacó que el problema no se enfoca en castigar los casos de violencia contra las mujeres y el feminicidio, sino en prevenir.
“La ley de México tiene la mejor herramienta, la alerta de género, pero el problema no es castigar, sino aplicar la ley, no tenemos necesidad de más leyes”, aclaró.
La académica comentó que la violencia de género y el feminicidio no son problemas de inseguridad que aparecieron por sí mismos, sino los identificó como cuestiones intercruzadas con el contexto que atraviesa el país, en cuanto a la falta de valores de género al interior de la familia, deficiencias del sistema político y las instituciones, y la operatividad de la delincuencia organizada.
La especialista reconoció que “la violencia de género no es sólo un asunto de mujeres” e insistió en la necesidad de fomentar los valores de género.
Emanuela Borzacchiello expuso que “en muchos otros países están llegando a la alerta de género, pero el problema es que el país que la inventó tiene que aplicarla”, y añadió que el sistema patriarcal está instalado en todas las sociedades, lo que ha motivado que otras naciones repliquen la alerta de género.
Concluyó que en los últimos cinco años, la violencia no sólo de género, sino en general, se ha recrudecido en el país.
CIFRAS DE ORGANIZACIONES CIVILES
Ciudad Juárez y Chihuahua
De acuerdo con la organización Justicia para Nuestras Hijas, de 2013 a 2015 ocurrieron 344 feminicidios en Chihuahua.
La Red Mesa de Mujeres detalló que en 2015 fueron asesinadas 46 mujeres sólo en Ciudad Juárez.
Estado de México
De acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), en el Estado de México, según información proporcionada por la Procuraduría de Justicia, de enero de 2011 a septiembre de 2015 fueron asesinadas mil 722 mujeres.
Desaparecidas
Sobre la situación de desaparecidas en la entidad, la PGJE informó al OCNF que de 2005 a 2014 desaparecieron cuatro mil 281 mujeres, del total de éstas 95 fueron encontradas asesinadas y mil 554 no han sido localizadas; la mayoría tienen entre 15 y 17 años.
Jalisco
La Fiscalía estatal detalló que de enero de 2014 a septiembre de 2015 se cometieron 171 asesinatos de mujeres, de los cuales 75 son investigados como feminicidios.
En cuanto a las desaparecidas, la Fiscalía detalló que de enero de 2014 a junio de 2015 no habían sido localizadas mil 675 mujeres, 67% de éstas son menores de edad.
Morelos
Según la Procuraduría estatal, en 2014 fueron asesinadas 60 mujeres, sólo 22 casos son investigados como feminicidios, la mayoría de ellas tenían entre 30 y 39 años; 63% de las víctimas fueron encontradas en la vía pública. Respecto del victimario, dijo que en 60% de los casos se desconoce la relación que tenían con la víctima, mientras que 31% fueron asesinadas por su pareja.
Fuente: Excélsior