Lamborghinis, fajos de billetes, leopardos, joyas, incluso metralletas bañadas en oro. Twitter, Facebook e Instagram se han vuelto el escaparate de los narcotraficantes mexicanos, sobre todo de los más jóvenes, que usan las redes sociales sin recato alguno para presumir una vida de excesos, violencia e impunidad.
Se trata de una nueva generación de narcotraficantes que es retratada en el libro “Narcojuniors: Los herederos del poder criminal” (de la editorial Penguin Random House bajo el sello EnDebate) y escrito por el mexicano José Luis Montenegro, quien recabó información a través de estos perfiles abiertos a todo el mundo durante más de dos años.
“El interés por realizar esta investigación nació a partir de que identifiqué la cuenta en Twitter de Serafín Zambada Ortiz, hijo de Ismael “El Mayo” Zambada. Después de su detención en 2012 surgieron imágenes de su vida ostentosa que él mismo compartía en su cuenta. Muchos pensaron que era un caso aislado, pero tenía vínculos con perfiles de otros capos”, dice en entrevista con 24 HORAS.
En su cuenta en Twitter, @ZambadaSerafin publicó por ejemplo una foto de tres rifles AK-47 cromados con colores oro y plata. En otra, miles de billetes de 500 pesos (38 dólares) apilados en varios fajos. “Pesando el dinero”, tituló la imagen.
El primer acercamiento
Montenegro identificó más de 70 cuentas relacionadas por las fotografías que compartían como la de Rodrigo Aréchiga, alias El Chino Ántrax (que “rifaba” camionetas a través de Instagram), y la de Ismael Imperial, el otro hijo de El Mayo (que difundía fotos en fiestas, casinos, reuniones y visitas a la iglesia).
El joven de 23 años abrió un blog donde escribió perfiles de cada una de las cuentas, textos que llegaron a recibir incluso comentarios de los “narcojuniors” mencionados y hasta los compartían.
El narco no se busca, se hereda
En el libro se detalla el intercambio de conversaciones que mediante Twitter el escritor tuvo con María Luisa Torres Urrea, alias la Emperatriz de los Ántrax (@TF_ML), hija de Javier Torres Félix, El JT, lugarteniente de El Chapo y El Mayo. “La Emperatriz me confesó que el narcotráfico ‘no se busca, se hereda’, el poder ya no es adquirido, es heredado y las dinastías del narco han sido una constante en México”, añade.
Los parámetros que utilizó para verificar la autenticidad de las cuentas fueron: ligar el periodo de tiempo, ver si tenían cuentas vinculadas como Twitter, Facebook, Instagram, y la geolocalización de los mensajes (la mayoría de las veces desde el Triángulo Dorado, una región entre Chihuahua, Sinaloa y Durango, que es aprovechada por los cárteles por su clima y geografía).
“Lo que vemos son desplantes de arrogancia y de cinismo, se saben poderosos, saben que tienen el poder, dinero y protección. Ellos no tienen que negociar, los pactos ya están de tiempo atrás, ellos llegaron a cobrar”, dice Montenegro.
El libro está disponible en versión digital en Amazon, iTunes, Google Play, Gandhi, Casa del Libro, BajaLibros y Sanborns.
Hijos de narcos, bajo la lupa
Dos años duró la investigación
70 cuentas fueron las analizadas
Información tomada de 24horas.mx