Al referirse a la iniciativa para legalizar los matrimonios igualitarios en México, el nuncio apostólico, Franco Coppola, aseveró que las denuncias de quienes están en contra, como las marchas de los que están en favor de la unión legal de personas del mismo sexo, no son necesarias para resolver el problema, porque su efecto es únicamente llamar la atención.
Expresó que su postura sobre el particular, no su profesión de fe, es que si el propósito era encontrar una solución satisfactoria habría que definir como requisito cesar los enfrentamientos y que ambas partes empiecen a escucharse para encontrar la posibilidad de continuar juntos el camino por una finalidad noble y fundamental, que es la garantía de los derechos de todos.
“Claro que puedo equivocarme, pero creo que el deber del buen pastor es ir a la búsqueda de la oveja que se extravía, y para ir a su encuentro hay que dejar de lado el camino justo. ¿Quién soy yo para juzgar?”, señaló el representante del Papa en México.
El embajador del Vaticano en México puntualizó que en las reuniones que ha tenido con los medios no se le pidió una respuesta sobre la posición de la Iglesia católica en torno de los homosexuales y sus derechos, sino que se le inquirió su postura en relación a la iniciativa presidencial de los matrimonios igualitarios y el debate y enfrentamiento que había generado.
A manera de ejemplo, el prelado católico puso como ejemplo que “si hay buenas relaciones sindicales, la huelga no es necesaria, pero si hay sordera, sí puede ser necesaria, pero la huelga no resuelve, sólo llama la atención que hay un problema, y que es un problema grave que puede llegar a parar el trabajo”.
El nuncio apostólico se manifestó convencido de que “todos necesitamos de todos, si queremos escucharnos y vivir en la misma comunidad, siempre con un poco de humildad”, aunque destacó que tiene poco tiempo de estar en nuestro país, y conoce poco de su historia, por lo que todavía tiene mucho que aprender, para cumplir mejor con su misión.