El Obispo de Saltillo Raúl Vera y el Frente Auténtico del Campo (FAC) convocaron a campesinos, ejidatarios, comuneros e indígenas a crear “células generadoras de conciencia social en defensa de la tierra ante la amenaza del Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) que el Gobierno de México firmó en octubre pasado.
El TPP que el Gobierno federal firmó junto con 11 países más, ha generado desconfianza entre algunos sectores de la población. El pacto es visto como una amenaza por una serie de grupos de interés que van desde trabajadores automotrices en México, pasando por productores de leche de Quebec, Canadá, hasta pacientes de cáncer y VIH/SIDA que temen que se eleven los costos de nuevas terapias a cifras inalcanzables.
En un comunicado difundido hoy, en el marco de la constitución del Movimiento Social por la Tierra, el FAC advirtió que con la entrada en vigor del Acuerdo, “México endurecerá sus leyes, con tintes genocidas para despojar a los campesinos de sus tierras”.
Por ello, añade el texto, el Obispo Raúl Vera, convocó a “darse prisa, unirse y crear células generadoras de conciencia social en defensa de la tierra, el techo y el trabajo”.
“Los mexicanos tenemos derecho de darnos una forma distinta de gobierno, de formar controles, de supervisar la administración de nuestros recursos y evitar que las reformas legislativas nos ahorquen”, expresó el Obispo.
La única manera, agregó, es que “el 99 por ciento de los mexicanos nos unamos, por la vía pacífica para refundar al país, todo ello desde el valle, el barrio, las montañas, los grupos de trabajo, sin grandes movilizaciones pero si con una visión multiplicadora para defender una vida digna”.
El Frente Auténtico del Campo anunció que fortalecerá sus acciones en esta creación de “células” que propone el Obispo, Raúl Vera para defender el sector rural en México.
El FAC está formado por la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (Coduc), la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) y la Coordinadora Nacional Plan de Ayala Movimiento de Liberación Nacional (CNPAMLN).
Las organizaciones hicieron un llamado a la unidad y denunciaron que el Gobierno federal de utiliza a falsas organizaciones campesinas para pretender acallar una movilización real de más de 30 mil campesinos e indígenas.
En el encuentro también criticaron a los integrantes del Senado de la República por haber otorgado la medalla Belisario Domínguez al empresario Alberto Bailléres González, presidente del Grupo Bal, y quien, denunciaron, “se ha dedicado al despojo de tierra y de agua en contra de los campesinos”.
Ante esta determinación legislativa, los integrantes del Frente Auténtico del Campo lanzaron la convocatoria de “desprestigio legislativo” en cada una de las casas de los senadores de la República que “ la condecoración vergonzosa, pues el empresarios propietario de mineras ha despojado de tierra a campesinos y ha contaminado agua, tierras y bosques”.
Sostuvieron que México padece una crisis ética que ha roto el pacto social y el cual debe renovarse entre los más marginados para defenderse de la clase política y económica del país.
El FAC hizo un llamado para. Foto: FAC
Este domingo se constituyó el Movimiento Social por la Tierra para defender al campo mexicano. Foto: FAC
CRISIS EN EL CAMPO MEXICANO
Para los especialistas en el sector, el abandono que hoy viven pequeños productores proviene de la puesta en marcha de la política neoliberal en México y, concretamente, con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, que trajo consigo la concentración del mercado en grandes empresas y el olvido de la base productiva nacional.
“El TLCAN y el resto de los tratados que México ha suscrito en los últimos 26 años, son un fracaso rotundo. Tenemos un déficit en la balanza comercial del país, en el sector agropecuario y el sector agroalimentario no tiene crecimiento […] Esto es una falacia. Nos dijeron del TLCAN que nos iba llevar al crecimiento económico, al bienestar y al primer mundo, pero en realidad, pasamos del tercero al cuarto mundo: una situación de estancamiento económico, de desigualdad económica y de deterioro de la cohesión social en el país”, afirmó en una entrevista para SinEmbargo, Víctor Suárez Carrera, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (Anec).
Por su parte, Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la organización El Barzón, también rememora el año de 1994, y ve en TPP la misma tendencia a enfocarse sólo al fortalecimiento de las grandes empresas y no a la recuperación de la planta productiva nacional.
A casi 30 años de que el TLCAN entrara en vigor, comentó Ramírez Cuéllar, se tiene en el país un crecimiento del 2 por ciento anual porque nunca se garantizó una detonación de la actividad económica nacional y que aunque las autoridades enaltezcan las exportaciones mexicanas, como las hortalizas, frutas, tequila, y cerveza, pero el grueso de los pequeños y medianos productores, están prácticamente en el abandono.
“Por más tratados que tengamos, lo que hace falta es producir lo suficiente […] y no se tiene por el desmantelamiento de la política de apoyos, de subsidios y de infraestructura; de fortalecimiento financiero para que los tratados comerciales puedan servir realmente de algo y beneficien realmente a la población, ligándola a actividades productivas amplias y no dejar el acuerdo comercial a sólo dos o tres empresas beneficiarias”, dijo.
A este escenario se suman varios factores que azotan a este sector como la pobreza, la marginación y la migración, que son antónimos de las promesas que se realizaron durante la administración de Carlos Salinas de Gortari, además de un nuevo acuerdo que pone en alerta a especialistas y productores pues aseguran obedece a una alineación política y económica de México que favorece a Estados Unidos.
Sin Embargo