Tanto la reducción del ingreso por hogar entre 2012 y 2014, como la dinámica demográfica, fueron factores en el incremento de la pobreza en este periodo, advirtió en la UNAM Gonzalo Hernández Licona, del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), al desglosar las cifras compiladas por esta entidad sobre el tema.
En la Sala de Consejos Académicos de Área explicó que al evaluar este aspecto se consideran rubros como ingreso, rezago educativo, calidad de vivienda y espacios, además de acceso a servicios básicos y de salud, así como de alimentación y seguridad social.
Al respecto, detalló que la pobreza extrema es aquella que registra una percepción inferior al valor de la línea de bienestar mínima y al menos tres carencias sociales, como educación, salud, seguridad social, vivienda, alimentación o servicios básicos.
El promedio de estas carencias entre la población pobre fue de 2.4 en 2012 y 2.3 en 2014, mientras que quienes experimentan esta condición en su forma más severa fue de 3.7 y de 3.6 en los años mencionados.
Estimaciones revelan que los mexicanos en esa condición ascendieron de 53.3 millones en 2012, a 55.3, en 2014, mientras que la pobreza extrema se redujo de 11.5 a 11.4 millones en el mismo periodo
Estancamiento
En ese sentido, Israel Manuel Banegas González, del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, refirió que tener mediciones con sólo dos años de diferencia en un contexto económico de estancamiento confirma una tendencia a la baja y un comportamiento singular en el que esta condición aumenta, aunque la extrema disminuye.
“Los cambios en bienestar son bidireccionales, los menesterosos de la encuesta de 2014 pueden no ser los de 2012. Existe un efecto de la dinámica demográfica en el bienestar, aunque para determinarlo se precisan otras fuentes”.
La comparación a largo plazo no ha experimentado modificaciones, estamos en el mismo nivel de 1992, por lo que se requiere estudiar con mayor precisión las oscilaciones en su intensidad y severidad. “Las estrategias sociales basadas en programas de transferencia (condicionadas o no) a los estratos con menores ingresos tienen un efecto de contención, es decir, disminuyen el impacto de la pobreza y la desigualdad”, apuntó.
Al respecto, refirió que hace 13 años un grupo de académicos propuso —bajo encomienda— una medición oficial de la pobreza y hace ocho, otro debatió sobre cómo elaborar una valoración multidimensional, por lo que Banegas González sugirió hacer un “corte de caja” y aguardar las jornadas de 2018 sobre los ajustes a la metodología empleada.
Sobre las repercusiones de una ponderación “sancionada por las autoridades”, el académico aseguró que se ganó en cuanto a que el gobierno organizó sus esfuerzos en política social, pero se perdió al sobresimplificar la lucha en esta área a partir de un indicador.
El reporte del Coneval se basa en el levantamiento de la Encuesta Nacional de Ingresos y gastos de los Hogares (ENIGH) y del Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MCS) 2014, realizadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) entre agosto y noviembre de 2014 y publicadas el 16 de julio de este año. Las estimaciones consignadas comenzaron en 2008 en cada entidad federativa y abarcan dos mil 456 municipios.