Ciudad de México. En la conferencia internacional de alto nivel para la solución de los dos Estados en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), México enfatizó que «ningún crimen justifica la comisión de otro crimen» y reiteró su condena al uso del hambre como arma de guerra.
El representante de México ante la ONU, Hector Vasconcelos, señaló ayer al intervenir en la cumbre que la comunidad internacional no puede permanecer indiferente ante la tragedia humanitaria que viven miles de civiles en Gaza y Cisjordania. “Mientras deliberamos, hombres y mujeres, niños y ancianos mueren, son desplazados o padecen las consecuencias de la hambruna. Había que actuar”, enfatizó.
México apoyó que la ONU reconsidere la admisión de Palestina como Estado miembro de pleno derecho y respaldó la declaración final de la conferencia, que busca avanzar hacia el fin de la ocupación posterior a 1967 y la materialización de la solución biestatal. “Es hora de hacer historia”, dijo Vasconcelos.
El representante mexicano destacó que la posición histórica de México se sustenta en la creación de un Estado palestino que coexista en paz y seguridad con Israel, y subrayó que Naciones Unidas tiene un “imperativo moral y político” para promover soluciones que permitan un futuro de coexistencia pacífica en la región.
El diplomático mexicano reiteró la condena al uso del hambre como arma de guerra, calificando esta práctica de contraria al derecho internacional y a la dignidad humana. “México expresa su profunda consternación ante la alerta de hambruna en Gaza. Tal acción no solo destruye todo principio ético, sino que nulifica la dignidad humana”, afirmó.
En su intervención, urgió a un alto al fuego permanente, incondicional e inmediato, así como a la liberación sin condiciones de los rehenes y al levantamiento de las restricciones a la asistencia humanitaria en Gaza. Vasconcelos agregó que la seguridad de Israel también debe estar garantizada en un eventual acuerdo de paz.
El representante mexicano subrayó la importancia de trabajar en la educación como un camino hacia la reconciliación. Propuso que los programas educativos en Israel y Palestina incluyan la enseñanza de los puntos en común entre ambas culturas. Recordó el ejemplo de la West-Eastern Divan Orchestra, fundada por Daniel Barenboim y Edward Said, integrada por jóvenes israelíes y palestinos, como muestra de que la colaboración es posible.
Source: Mexico