El presidente de la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera (CNIAA), Juan Cortina Gallardo, respaldó la propuesta de la Cámara de Diputados de disminuir el impuesto a las bebidas que contienen azúcar.
Sostuvo que el “ajuste a la carga tributaria de las bebidas con azúcar contribuirá a ampliar la gama de productos sanos que se podrán ofrecer a los consumidores”. El azúcar de caña, aseguró, es un producto natural y sano hay que consumirlo de manera moderada y en una dieta balanceada, y llevar una actividad física adecuada.
Ante la controversia por la determinación de los diputados de disminuir el impuesto a los refrescos, Cortina Gallardo sostuvo que ello contribuye a “reducir la discriminación impositiva que existe entre el azúcar y los químicos sintéticos no calóricos, los cuales están exentos de impuestos cuando no existe evidencia que sean más sanos que el azúcar, sobre todo cuando son consumidos por niños”.
La propuesta de los diputados de disminuir de un peso a cincuenta centavos la cuota del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) a bebidas azucaradas que contengan un máximo de 50 gramos de azúcar por litro, fue considerada por el presidente de la CNIAA como “un buen paso”.
Propuso que se intensifiquen los esfuerzos para promover un consumo responsable de productos sanos y naturales, como el azúcar de caña. “En Estados Unidos y Europa hay una creciente preocupación por la ingesta de productos sintéticos e incluso por los genéticamente modificados”, refirió el industrial.
Diversas agrupaciones sociales y de médicos –entre ellas el Poder del Consumidor, el Instituto Nacional de Salud Pública, Asociación Nacional de Cardiólogos del Centro Médico La Raza, entre otras– han insistido en que la reducción del gravamen afectará la salud de los niños, principalmente. En la demanda al Senado para que no vote a favor de dicha iniciativa, argumentaron que el año pasado, por la aplicación del impuesto, las compras de bebidas azucaradas se redujeron seis por ciento, en tanto las de agua y otras bebidas sin impuestos aumentaron cuatro por ciento.
La Jornada