El presunto sicario mexicano José Manuel Martínez, integrante del cartel narcotraficante de los Arellano Félix, podría terminar sus días ejecutado en la prisión estatal de Florida, sur de Estados Unidos, que lo reclama en extradición.
Martínez, de 53 años de edad, quien acaba de ser sentenciado a nueve cadenas perpetuas en California por el asesinato de nueve personas entre 1980 y 2011, es pretendido por el estado de Florida en extradición por dos asesinatos ocurridos en 2006.
Richard Ridgway, director asistente de la fiscalía estatal en el Condado de Marion (centro de Florida), confirmó que los hechos y las circunstancias del caso son favorables para pedir la pena de muerte para Martínez.
“Estamos esperando que sea puesto en una prisión federal de California y que nos notifiquen para solicitar la extradición”, dijo Ridgway a Notimex y señaló que el juicio podría tardar en iniciar hasta un año, aunque tratarían de acelerar el proceso.
Conocido como “El Mano Negra” se presume que Martínez puede ser responsable de más de 30 asesinatos en todo Estados Unidos.
En Alabama recibió una sentencia de 50 años el año pasado a cambio de una declaración de culpabilidad por un cargo de asesinato. En ese caso, Martínez disparó a un hombre que al parecer hizo comentarios despectivos sobre su hija.
En ese estado, Martínez no será elegible para libertad condicional hasta después de que cumpla 90 años y aunque técnicamente California tiene la pena de muerte, un juez federal dictaminó en 2014 que es inconstitucional. Nadie ha sido ejecutado en ese estado desde 2006.
Por ello las autoridades de Florida creen que es factible que enfrente una acusación formal por dos asesinatos en primer grado ocurridos en 2006 y de ser hallado culpable recibiría la pena capital.
Según la oficina del Alguacil del condado Marion, el AND de Martínez coincide con el encontrado en un cigarillo en noviembre de 2006 cerca de dos cadáveres que habían sido ejecutados en el condado Marion.
Los muertos son Javier Huerta de 20 años y Gustavo Olivares Rivas de 28. Ambos de Pierson en el condado Volusia.
Los detectives afirman que Martínez contrató a los dos jóvenes para un trabajo haciéndose pasar por el dueño de una casa y una vez que llegaron forzó a Olivares a llamar a su esposa para que le llevara dinero que tenía enterrado en el patio.
Martínez le dijo a la policía en una confesión hace dos años que obtuvo cerca de 200 mil dolares de los hombres y que los forzó a que se amarraran entre ellos y luego les disparó. Según el reporte Olivares había huido con dinero de las drogas.
Los cuerpos fueron encontrados el 8 de noviembre de 2006 en una camioneta abandonada en una carretera, pero no fue sino hasta el 2013 que una revisión del ADN de Martínez coincidió con el encontrado en el cigarillo cerca de los cadáveres.
Según la policía, personas que conocen a Martínez han dicho a los investigadores que él siempre alardea de sus crímenes y de trabajar con un “compadre” del cártel de los Arellano Félix con sede en Tijuana, México, como un cobrador de deudas.
Información de: Agencia Notimex