José Refugio Rodríguez, abogado de Joaquín El Chapo Guzmán, afirmó que su cliente está delicado de salud debido a la segregación de la que es objeto en el Centro Federal de Readaptación Social número 9, en Ciudad Juárez, Chihuahua.
En entrevista con El Universal, el abogado afirmó que desde la recaptura del capo en enero de este año, cuando fue ingresado a El Altiplano, está aislado en una celda.
“Desde el 8 de enero, cuando ingresó a El Altiplano, a la fecha, ha sido segregado, aislado en una celda, separado de toda la población y únicamente nos ve a los abogados y a su esposa cada ocho o 10 días”, explicó.
Recordó que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha establecido que una persona puede permanecer segregada o aislada por un máximo de seis meses y por dos supuestos, que padezca una enfermedad contagiosa que ponga en peligro al resto de la población o cuando su vida corre peligro.
“No se le proporciona atención médica y sicológica diaria, no se le permite hablar con nadie por más de 22 horas y todo eso violenta sus derechos humanos y reglas mínimas para personas privadas de la libertad”.
El abogado informó que el juez del Estado de México que investiga los actos de tortura de los que alega su cliente ser víctima, por lo que el equipo de defensa solicitó se le realizaran estudios médicos, químicos y sicológicos para comprobar hasta qué punto el aislamiento al que es sometido le ha afectado; el juez ordenó que los estudios sean realizados esta semana.
“Hubo un dictamen pericial médico en el que se dijo que la salud de Joaquín es delicada, provocado por el aislamiento. Además de los problemas de presión que padece, presenta problemas gástricos”.
Sobre la intención de evitar la extradición del capo, aclaró que no es por temor a las autoridades estadounidenses, sino porque considera que Guzmán Loera tiene el derecho al igual que cualquier mexicano a permanecer en su país.
Precisó que la defensa del capo en EU está a la espera de que se agoten todas las instancias posibles, incluyendo las internacionales, para que de darse la extradición el gobierno estadounidense les haga una oferta sobre las condiciones de reclusión.
“Joaquín no puede llegar pidiendo condiciones o algún trato, hay que ver lo que ofrece Estados Unidos”, dijo, afirmando que temen por su vida.
La defensa seguirá su labor con la esperanza de ganar todos los amparos, incluyendo los que combaten las dos órdenes de extradición y los 10 procesos penales contra su cliente para que lo pongan en libertad.
“Los procesos penales están plagados de pruebas ilícitas y de que se puedan ganar no es ningún sueño puesto que en la mayoría de las averiguaciones previas hay retraso en la puesta a disposición de las personas que han declarado contra Joaquín”, detalló.
Sobre el regreso del capo a El Altiplano, explicó que aún está pendiente la resolución de los recursos de revisión interpuestos por el Ministerio Público Federal y por el director del penal de Ciudad Juárez. “Mi cliente sabe cómo es el procedimiento y sabe que no podemos ejecutar esa sentencia porque todavía no está firme”.