Jesús Morales Soto es un joven padre de familia que había salido a trabajar y cuando regresó a casa sus pequeños hijos, Melany y Jonathan, junto con su esposa, estaban sepultados.
Afirma que su dolor es tan grande que apenas ha tenido tiempo de asimilar lo sucedido.
Cuenta que avanzó entre los escombros de su casa sólo para comprobar que su esposa había muerto tras el tornado registrado la mañana de ayer, que dejó un saldo de 13 personas muertas.
El joven padre de familia recibió el auxilio de las autoridades luego de perder a sus dos hijos y a su esposa.
Eduardo García es otra de las personas que, junto con su hijo de ocho años, fueron, asegura, protegidos por Dios.
Ambos se encontraban en una recámara y, de repente, tras 30 minutos de una lluvia intensa, fueron sólo segundos, pero a ellos se les hicieron eternos.
Tras un estallido, los vidrios de las ventanas saltaron, se estaban haciendo añicos. Describe que la furia de la naturaleza provocó un estallido insoportable.
Luego de darse cuenta de la emergencia, Eduardo García protegió a su hijo de ocho años en un rincón de la casa, que fue suficiente para continuar con vida.
Después de unos minutos de silencio y desolación, le llegó el llanto y el dolor de haberlo perdido todo.
Cuenta que entre sus brazos tomó a su hijo, le dijo que no se moviera para nada, ya presentía que estaba entre la vida y la muerte.
Un poco tiempo después, llegó la ayuda de las dependencias estatales. La familia de Eduardo es parte del grupo de afectados que están a la espera del apoyo del gobierno del estado para continuar adelante y reponerse de esta tragedia.
Excélsior