La explosión de ayer en el mercado de cohetes de San Pablito en Tultepec, Estado de México, que dejó un saldo de 31 personas muertas y más de 70 lesionadas, dejó en entredicho la supuesta seguridad avalada por el gobierno de Eruviel Ávila.
Incluso, el pasado lunes 12 el Instituto Mexicano de la Pirotecnia (IMEPI) del gobierno estatal calificó al mercado pirotécnico como “el más seguro de Latinoamérica”.
En un comunicado difundido ese día, el director del IMEPI, Juan Ignacio Rodarte Cordero, aseguró que estaba descartada una explosión en cadena en el mercado de fuegos artificiales, ya que contaba “con puestos perfectamente diseñados y con los espacios suficientes” para que eso no ocurriera “en caso de un chispazo”.
Ahora, el director del IMEPI –organismo encargado de elaborar, aplicar y evaluar programas de atención integral para el sector pirotécnico, a fin de evitar siniestros y desastres por la fabricación, uso, venta, transporte, almacenamiento y exhibición de artículos pirotécnicos– ha sido desmentido por el desastre que dejó decenas de muertos.
De acuerdo con información publicada en el portal de Aristegui Noticias, durante el evento en el que se reconocieron las condiciones de seguridad del extinto mercado de San Pablito, se informó sobre el otorgamiento de 35 mil salvoconductos o permisos a compradores de pirotecnia y se anticipó que durante las temporadas navideñas se iban a vender alrededor de 100 toneladas de juegos pirotécnicos.
Por su parte, el presidente del Mercado de Artesanías Pirotécnicas de San Pablito, Germán Galicia Cortes, prometió a los visitantes condiciones ideales de seguridad, provisto de extintores, agua, arena, picos, palas y personal calificado que sabría cómo actuar en caso de algún incidente. Sin embargo, la tragedia ocurrió.
El tianguis de San Pablito tenía una antigüedad de 16 años y contaba con alrededor de 300 locatarios, los cuales tenían permisos expedidos por la Secretaría de la Defensa Nacional para la comercialización legal de explosivos pirotécnicos.
Los salvoconductos para cada uno de los 35 mil compradores amparaban hasta 10 kilogramos de cohetes, según el artículo 60 del Reglamento de la Ley de Armas y Explosivos.
Proceso