Un perro llamado Stetson y su cuidador, un bombero de California, son parte del equipo de búsqueda y rescate tras el devastador terremoto que azotó a Nepal. Gracias a ellos, un adolescente fue rescatado de un edificio colapsado en Katmandú y lo pusieron a salvo.
Cuando Janet Reineck de la Fundación Search Dog vio la noticia, dijo en su cuenta oficial de Twitter que se puso a llorar, pues ella fue quien entrenó a Stetson y a otros cinco perros que se encuentran en el país donde ocurrió la tragedia.
Se trata de un equipo de seis perros y sus manejadores de Estados Unidos y se encuentran en la zona de desastre junto a otros especialistas que buscan sobrevivientes en Nepal. La cifra de muertos que dejó el terremoto de 7.8 grados que ocurrió el sábado 25 de abril alcanza más de 5 mil 500 y 11 mil heridos y los operativos de búsqueda continúan.
Sin embargo, estos perros no siempre fueron los héroes de hoy, ya que cuatro de ellos fueron rescatados de unos albergues donde se les dificultó encontrar un nuevo hogar.
La Fundación Search Dog entrenó a los perros para encontrar a personas vivas conscientes o inconscientes en este tipo de situaciones.
Son perros que tienen altos niveles de energía y excitación, que por lo mismo no encontraron hogar, pero son características que los hacen excelentes rescatistas. Una perra labradora, Pearl, provenía de un refugio en California y trabajaba junto a un manejador en el Departamento de Bomberos de Los Ángeles y ayudó a encontrar sobrevivientes durante el terremoto de Haití en 2010.
Riley es otro perro de albergue que fue a Japón para rescatar sobrevivientes del tsumani en Japón, además de ayudar al Departamento de Bomberos en Santa Barbara, California. Los perros antes de ser rescatados estaban en la “basura”, según dijo Janet Reineck.
Pearl, por ejemplo, tuvo problemas en su primer hogar ya que constatemente se saltaba las cercas de donde vivía y hacía travesuras. Inevitablemente fue recogida por el control canino de Los Ángeles Pearl, por ejemplo, tuvo problemas en su primer hogar ya que constatemente se saltaba las cercas de donde vivía y hacía travesuras.
Inevitablemente fue recogida por el control canino de Los Ángeles y su antiguo propietario desistió por lo que la entregó a un albergue. Sin embargo, un entrenador de la Fundación encontró esta característica perfecta con el perfil que buscaban.
“No se quedaba quieta y sabía en cinco minutos que ya teníamos a una ganadora. Le prestamos un juguete y ella sólo pensaba en conseguirlo. Cuando se lo alejamos, Pearl rompió la barrera y fue por el juguete”, dijo un entrenador sobre la perra.
Sin Embargo