¿Sabes realmente en qué reductos de internet hay información tuya almacenada? Sin ser verdaderamente consciente de ello, un usuario medio va acumulando registros a servicios o páginas web de los que luego raramente hace uso. Sí, nos damos de alta sin problemas pero ¿alguien se preocupa realmente de darse después de baja? Nombre, apellidos, correo electrónico, fecha de nacimiento… nuestros datos quedan almacenados en servidores de servicios que transcurridos unos años ni recordamos habernos suscrito. Ahora, un grupo de desarrolladores suecos ha creado una sencilla herramienta que permite a cualquier usuario del globo comprobar en qué servicios en la red está dado de alta y, si lo desea, darse de baja.
La web en cuestión es Deseat.me y lo que hace es rastrear en primera instancia todos los correos electrónicos en los que haya algún tipo de confirmación de suscripción y luego muestra esta información en una web que resulta fácilmente comprensible para el usuario. Esta web es completamente abierta y gratuita, pero hay un requisito imprescindible para poder aprovechar sus servicios de ‘limpieza’: que los correos de registro se hayan efectuado desde una cuenta de Gmail. Por lo general, la mayoría de los usuarios emplea la misma dirección de e-mail para efectuar los registros, pero si no es del popular servicio de correo de Google, Deseat.me no servirá de nada, informó El País.
¿Cómo funciona exactamente esta herramienta? Una vez accedemos a la URL se nos pide conectarla con Google, es decir, con la cuenta de Gmail que hayamos utilizado para las altas. En este momento puede surgir la desconfianza puesto que de alguna manera autorizamos al servicio el acceso completo a nuestro correo electrónico. Pero hay una explicación para ello: el bot debe rastrear nuestro correo electrónico en busca de mails que confirmen el registro. ¿Es peligroso autorizar este acceso? Un paseo por la política de privacidad del servicio nos tranquiliza: nadie va a husmear en nuestros correos y no se guarda ninguna información ni contraseña.
Sus creadores se han adelantado a las posibles críticas y destacan la privacidad como uno de sus principales puntales, explicando que el acceso es necesario para conocer los registros pero garantizando que nadie leerá los correos ni habrá ningún tipo de explotación comercial a posteriori de esta información. Ya convencidos, los que sigan adelante pronto se encontrarán con una página en la que se detallan los diferentes servicios a los que se ha suscrito el usuario a lo largo de los años, y en este punto pueden llegar las sorpresas. ¿Nos suscribimos a tantos? La otra sorpresa llegará cuando descubra que buena parte de ellos, si no la mayoría, han dejado de estar operativos.
Pero para los activos, el sistema nos ofrecerá la útil posibilidad de darnos de baja, un proceso que por desgracia no es automático y que puede llevar bastante tiempo. Deseat.me simplemente lista los servicios a los que en su día nos suscribimos añadiendo un link para darse de baja en los que están todavía activos (en los desaparecidos el vínculo aparecerá sombreado). La parte más pesada es que luego el usuario deberá seguir ese link y entrar en la web del servicio para darse de baja, lo que genera un problema adicional: ¿cuál era la contraseña? Es en este punto donde la herramienta comienza a mostrar sus carencias, pero por otro lado, se trata de una efectiva manera de saber dónde fuimos dejando nuestra información y dejar la puerta abierta para ir eliminando el rastro.