El pasado 22 de abril se celebró el Día de la Tierra, con el que la ONU quiere llamar la atención sobre el impacto que provoca la humanidad sobre nuestro planeta, En septiembre de 2014, más de 400.000 personas se reunieron en Nueva York y en el mundo entero en la mayor marcha de la historia por el cambio climático. Este viernes 22 de abril, en la tribuna de la ONU, se firmará el acuerdo de la COP 21 al que se llegó en París.
Parque nacional Virunga
El Parque nacional Virunga, en la República Democrática del Congo, alberga algunos de los últimos gorilas de las montañas, así como varios volcanes en actividad.
La barrera de coral de Belice
En esas aguas translúcidas, el ecosistema es frágil. Sus manatíes y cocodrilos marinos peligran.
Las islas Marshall
Estos pequeños atolones están al nivel del mar, lo que los hace más vulnerables a los efectos del cambio climático.
La selva tropical de Sumatra
Los 2,5 millones de hectáreas de la selva tropical de Sumatra albergan una biodiversidad extremadamente rica, entre la que se encuentra una especie endémica de orangután. La explotación y la caza furtiva son sus principales enemigos.
El monte Kilimanjaro
La cima más alta de África también es víctima del calentamiento climático.
El valle de Bamiyán
Este valle afgano patrimonio de la humanidad se ha visto destrozado por la guerra. Algunas zonas resultan inaccesibles por la presencia de minas antipersonas.
Los Everglades
Situados en Florida (Estados Unidos), los Everglades también están en peligro por el crecimiento urbano de las zonas del entorno y por el drenaje de las aguas.
El mar Muerto
Cada año, el mar Muerto pierde 4 km² de su superficie. Y en su caso, el motivo no es el calentamiento climático, sino las actividades humanas.
La selva tropical de Madagascar
Desde hace siglos, es el sueño de todo naturalista, pero la deforestación amenaza este formidable ecosistema.
Las reservas naturales del Air y el Teneré
Este parque situado en Níger representa la mayor zona protegida de África. Las divisiones políticas y los conflictos militares ponen en peligro esta zona que combina un masivo montañoso (el del Air) y un desierto (el del Teneré).