Tras cerca de 15 días desaparecida, Melania Trump ha reaparecido este fin de semana en el aeropuerto de Palm Beach, a donde se ha dirigido para asistir a un acto benéfico.
Sin embargo, este momento estuvo marcado por lo que muchos han interpretado como un nuevo gesto de desprecio del presidente de EE UU, Donald Trump, hacia su esposa, en su afán de mostrarse como un macho alfa —según informa Daily Mail—.
Tras encontrarse en la escalerilla del avión, Melania y Donald caminaron unos metros por la pista. Es en este trayecto cuando Melania agarra la mano de su esposo, quien la sostiene, le da dos palmadas y la suelta de inmediato.
Por lo general, alguien toma a su pareja de la mano como gesto de unidad”, ha explicado en Daily Mail la experta en lenguaje corporal Patti Wood, quien ha sentenciado: “En mi opinión, le está diciendo que quiere mostrarse como un presidente independiente, quiero demostrar que el único que tiene poder soy yo”.
Según publicó The Huffington Post México, a las pocas semanas de haber ganado Donald Trump las elecciones, se informó que Melania y Barron no se mudarían a Washington con el resto de la familia, ya que la exmodelo decidió que su hijo de 10 años continuara estudiando en la misma escuela. Después de que termine el año escolar, ambos decidirán si se mudan a la Casa Blanca o no.
Sin embargo, no se tocó el tema del rol de Melania como primera dama.
Durante la contienda electoral, la esposa del presidente prometió que, en su rol como primera dama, combatirá el bullying en las escuelas, así como en internet. Hecho que a dos semanas del nuevo gobierno no hemos visto. Ni a ella.
Esta semana, por ejemplo, el presidente Trump viajó a Dover Air Force en Delaware para mostrarle respeto a todos los miembros que murieron en su deber. Quien lo acompañó a este acto fue Ivanka, su hija, no su esposa, quien en realidad debió de estar.
Lo que sucedió después de esto fue que la prensa se preguntara, “¿dónde está Melania?”
De acuerdo con New York Times, el miércoles, la primera dama nombró a Lindsay Reynolds -quién trabajó en la Casa Blanca durante la administración del expresidente George W. Bush-, como su jefa de personal, un cargo que en anteriores administraciones se había ocupado antes de la toma de posesión.
Ese mismo día, mediante un comunicado, Melania, 46 años, aseguró que “está formando un equipo profesional y altamente experimentado, lo cual tomará tiempo para hacerlo correctamente. Estoy emocionada de organizar y reunir a un grupo dinámico y avanzado que trabajarán juntos para hacer que nuestro país sea mejor para todos”.
Al día siguiente, tomó otra decisión, contratar a la diseñadora de interiores Tham Kannalikham, para que se encargue de revisar y arreglar los cuartos privados de la Casa Blanca. En los próximos días, se planea anunciar la contratación de Natalie Jones -exfuncionaria durante la administración de Obama-, quien llevará el cargo de secretaria social, según informes del New York Times.
Melania tampoco ha prestado atención a las solicitudes de visitas a la Casa Blanca, una actividad que se realiza en la oficina de la primera dama, así como la organización de eventos como el Easter Egg Roll, que atrae a 35 mil asistentes aproximadamente.
La profesora Myra Gutin, de la Universidad de Rider, aseguró que, en comparación con otras primeras damas, Melania está muy lejos de lo que hicieron sus antecesoras. “Estamos en un terreno desconocido aquí”, aseguró Gutin.
Personas cercanas a la señora Trump expresaron que Melania tiene toda la intención de ejercer su cargo, por lo mismo, se está asesorando con un equipo especial para realizar el trabajo bajo sus propios términos y sin que la comparen con Michelle Obama, quien al término de su mandato logró un 68 por ciento de aceptación.
En una encuesta realizada el mes pasado por Gallup, Melania tiene un 37 por ciento de aprobación. Además, uno de cuatro estadounidenses piensa que su primera dama es un “enigma”, por lo mismo no tienen una opinión sobre ella.
Pese a los rumores que Melania no dejará de vivir en Nueva York durante el mandato de su esposo, hay quienes aseguran que la exmodelo se está tomando el tiempo necesario para lograr una buena imagen, evitar las comparaciones y realmente hacer un gran trabajo como primera dama.
Anita McBride, quien fue la jefa de personal de Laura Bush, asegura que la señora Trump tiene derecho a tomarse el tiempo que necesite para desempeñar su rol correctamente.
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Fuente: Excélsior