El papa Francisco está oficiando su primera misa en Cuba, en la Plaza de la Revolución de La Habana, ante miles de personas que se han congregado en el que se considera uno de los lugares más emblemáticos del país, informó la Agencia AP.
En la homilía, Francisco instó a los cubanos a servir “a las personas” y no a las “ideas” e insistió en que la importancia de las naciones se mide en cómo atienden a las necesidades de los más desfavorecidos.
Añadió que el pueblo cubano tiene “vocación de grandeza” y afirmó que debe cuidarla, pero especialmente mediante el servicio a los más frágiles.
“La importancia de un pueblo, de una nación, la importancia de una persona siempre se basa en cómo sirve a la fragilidad de sus hermanos”, dijo Francisco.
El Papa defendió el concepto del “servicio” a los demás pero alertó contra la tentación de querer beneficiar “a los ‘míos’ en nombre de lo ‘nuestro'”, porque, señaló, eso puede generar una “dinámica de exclusión”
“El servicio nunca es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas”, continuó.
Recordó que “el santo pueblo fiel de Dios que camina en Cuba es un pueblo que tiene gusto por la fiesta, por la amistad, por las cosas bellas” y agregó que también “tiene heridas (…) pero que sabe estar con los brazos abiertos.
“Hoy los invito a que cuiden esa vocación, a que cuiden estos dones que Dios les ha regalado, pero especialmente quiero invitarlos a que cuiden y sirvan, de modo especial, a la fragilidad de sus hermanos”.
“No los descuiden por proyectos que puedan resultar seductores, pero que se desentienden del rostro del que está a su lado”, advirtió.
“Servir significa, en gran parte, cuidar la fragilidad. Cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo”, añdió.
Previo a la misa, Francisco, a bordo del papamóvil realizó un recorrido entre la multitud congregada en el lugar, antes de la ceremonia religiosa que comenzó a las 09.00 hora local (13.00 GMT).
En la plaza se encuentran también el presidente de Cuba, Raúl Castro, miembros de su gobierno, personalidades del país así como representantes de otras confesiones cristianas.
También asiste a la misa, sentada junto a Raúl Castro, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, vestida totalmente de blanco y tocada con una gran pamela.
Se espera que a esta misa asista casi un millón de personas, incluidos 3 mil 500 invitados oficiales.
Francisco pronuncia su homilía desde un gran estado ubicado delante del Teatro Nacional de Cuba, flanqueado en los laterales por la icónica efigie del Che Guevara, a su izquierda, y por el gran monumento al prócer independentista cubano José Martí, a la derecha.
Durante la noche, centenas de cubanos y turistas empezaron a acercarse a este lugar emblemático donde los predecesores de Francisco, Juan Pablo II en 1998 y Benedicto XVI en 2012, se encontraron con una gran masa de fieles.