El papa Francisco preside en la basílica de San Pedro la ceremonia de la Pasión de Cristo del Viernes Santo, un rito que comenzó con el pontífice tumbado en el suelo y orando ante el altar mayor.
El pontífice, ataviado con paramentos rojos, llegó al templo vaticano en torno a las 16:55 hora local y permaneció dos minutos tumbado sobre una alfombra situada ante el altar bajo el cual se considera que están los restos del apóstol San Pedro.
La basílica de San Pedro apareció poco iluminada, para generar el clima de recogimiento y penitencia de la celebración.
En el acto, de marcada solemnidad, participan cientos de personas, entre ellas el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
Se leerá la Pasión según San Juan y, acto seguido, el predicador de la Casa Pontificia, el franciscano capuchino Raniero Cantalamessa, pronunciará la homilía.
La Liturgia del Viernes Santo es la única del año en la que no hay consagración, pero sí comunión, y estará presidida por una cruz cubierta con una tela roja situada en el altar mayor del templo.
La ceremonia de la Pasión será seguida, esta tarde, por el tradicional Via Crucis en el Coliseo de Roma, un acto que comenzará a las 21:15 locales.