Dos días después de los ataques terroristas de Bruselas, emergen incómodas preguntas para el gobierno belga, sus servicios de inteligencia y su sistema penitenciario. ¿Cómo es posible que Ibrahim El Bakraoui y su hermano, Khalid, dos de los autores de los ataques, estuvieran fuera de control, dada su trayectoria? Ambos tenían antecedentes penales y eran buscados por la policía por su conexión con los atentados de París del noviembre pasado. Los ministros de interior y de justicia del gobierno belga, Jan Jambon y Koen Geens han presentado hoy su dimisión al primer ministro, Charles Michel, que, sin embargo, no las ha aceptado.
Como viene siendo una tradición en múltiples ataques yihadistas que se han producido en los últimos años, dos de los terroristas que atacaron Bruselas el martes pasado eran hermanos. Ibrahim, y Khalid eran ciudadanos belgas, ambos nacidos en Bruselas. Las pistas de la investigación apuntan a que Ibrahim es uno de los terroristas suicidas que explotó una de las bombas en el aeropuerto de Zaventem (es el que aparece en el medio en la foto de los tres terroristas en el aeropuerto) y Khalid ha sido identificado como el terrorista suicida que cometió el atentado en la estación de metro de Maelbeek, poco más de una hora después de que su hermano hiciera lo mismo en el aeropuerto.
Ambos hermanos eran conocidos por la justicia belga. Estaban fichados. Ibrahim participó en el atraco de una sucursal de Western Union, una compañía global que ofrece servicios financieros, el 30 de enero de 2010 en el barrio de Laeken en Bruselas. Al salir del local, sus tres cómplices lograron huir pero él disparó su kalashnikov contra la policía y tras herir a uno de los agentes fue detenido. La justicia belga condenó a Ibrahim a nueve años de prisión.
El 23 de octubre de 2014, cuando había cumplido la mitad de su condena, un tribunal belga concedió a Ibrahim la libertad condicional. Su nuevo estatus le obligaba a comparecer una vez al mes ante un funcionario de la justicia, a no marchar fuera del país durante más de un mes y mantener una residencia fija. Ibrahim renovó su DNI – cuya foto circula en las redes sociales – nada más salir de prisión en Laeken, el barrio de Bruselas en el que había cometido el delito por el que fue condenado y es colindante con Schaerbeek, distrito en el que se encuentra el piso desde el que los terroristas salieron hacia el aeropuerto de Bruselas el día de los ataques.
En el mes de junio de 2015, Ibrahim es detenido por las autoridades turcas en la localidad de Gaziantep, cerca de la frontera con Siria, con la sospecha de que su intención era cruzar la frontera para combatir junto al Estado Islámico. El 14 de julio de 2015 – según se puede leer en la carta que el gobierno turco envía a la embajada de los Países Bajos en Turquía – Ibrahim es enviado a Holanda, y no a Bélgica, supuestamente por petición del propio afectado.
En esa etapa Ibrahim falta por primera vez a su encuentro obligatorio mensual con un funcionario de la justicia belga. El 21 de agosto del 2015 un tribunal belga anula su libertad condicional y decreta su ingreso en prisión. El gobierno holandés ha declarado hoy que cuando Ibrahim fue enviado a su país por el gobierno turco, no saltaron sus alarmas porque no “estaba fichado” en Holanda.
Khalid, el hermano pequeño, nació en Bruselas el 12 de enero de 1989. En 2011 fue condenado a cinco años de prisión por robo de coches. En el momento de su arresto, según algunas informaciones de la prensa belga, estaba en posesión de un kalashnikov. Como su hermano, Khalid también se benefició de una reducción de condena. Según informa Le Soir, cuando estaba en libertad condicional, tuvo un incidente con la policía al ser encontrado en compañía de alguien con quien explícitamente no podría tener contacto según las condiciones de su libertad condicional. Sin embargo, no fue enviado de nuevo a prisión porque cumplía con las otras condiciones, como buscar trabajo y participar en encuentros mensuales con la justicia.
Ambos hermanos están conectados con los atentados de París del pasado mes de noviembre. Khalid se habría encargado de alquilar el piso de Charleroi, ciudad al sur de Bélgica, desde el que los terroristas planificaron su operación parisina y también gestionó el alquiler de la vivienda del bruselense barrio de Forest en el que la semana pasada Saleh Abdeslam fue detenido. La confirmación de la conexión entre los autores de los atentados de París y Bruselas hace pensar a los expertos que esta podría ser la más amplia red de terroristas islamistas jamás descubierta en Europa.
Fuente: huffingtonpost.es