Cientos de personas han protestado en Tokio frente al Parlamento contra los proyectos de seguridad aprobados por la cámara. Entre las propuestas presentadas por el Gobierno de Abe destaca una que legitima el envío de tropas para combatir en el extranjero por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. Ahora las nuevas iniciativas legales han pasado a la Cámara Alta, donde será sometida a voto en un plazo de 60 días.
La polémica en torno al deseo del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, de reforzar sus fuerzas militares, deja de lado el hecho de que el país asiático es hoy en día un actor militar de peso, asegura el periodista Jonathan Marcus, detallando las capacidades del país insular, que ve en EE.UU. un aliado para contrarrestar el surgimiento de otras potencias militares como China.
Japón posee unas buenas y equipadas fuerzas en tierra, mar y aire, además de ambiciosos planes de modernización que está desarrollando en estos momentos, señala Marcus, en un artículo publicado por BBC.
“La derrota del militarismo japonés en la Segunda Guerra Mundial y la experiencia de sufrir los únicos ataques nucleares de la historia dejaron en el país una profunda convicción pacifista”, explica el periodista, agregando que la estratégica ubicación de Japón hizo que, en última instancia, desplegara sus propias fuerzas armadas.
La política de Defensa de Japón depende mucho de su estrecha alianza con EE.UU., ya que gran parte de su arsenal ha sido suministrado por Washington. Entre su armamento se encuentra un portahelicópteros, dos barcos equipados con misiles crucero tipo Aegis, más de 30 destructores y nueve fragatas de varios tipos. Además, Tokio ha usado el argumento de la potencial amenaza que representa el arsenal de misiles de Corea del Norte para justificar su interés en un sistema de defensa de misiles balísticos.
Maniobras militares extranjeras
Japón también ha ampliado su participación en ejercicios militares más allá de sus costas. Además de en maniobras en África, ya ha tomado parte en tres ocasiones en ejercicios navales conjuntos con EE.UU. e India, mientras que un pequeño contingente de efectivos japoneses está actualmente involucrado en ejercicios con EE.UU. y Australia.
Esto pone en evidencia la estrategia de aplicar las reformas empujadas por el primer ministro Abe, que han sido criticadas por vastos sectores de la oposición y han provocado protestas en Japón.
“Que estos cambios se vean de manera explícita está levantando pasiones en la opinión pública y cualquier percepción sobre el revivir de Japón como un actor militar produce fuertes reacciones de aquellos que sufrieron por su expansionismo en el pasado, especialmente China”, agrega Marcus.