En medio de un singular entusiasmo, pese a no ser un país de mayoría católica, y en el marco de fuertes medidas de seguridad, el Papa Francisco arribó ayer a Washington para comenzar una visita de cinco días a EE.UU. que abarcará Nueva York y Filadelfia, dio a conocer Clarín.
El pontífice fue recibido en la base militar de las afueras de la ciudad por el presidente Barak Obama, en un gesto de especial deferencia, ya que un mandatario norteamericano no suele ir a esperar a la estación aérea un jefe de Estado. Más aún: concurrió acompañado por su esposa, Michelle, y sus dos hijos, lo que también se leyó como el especial aprecio que Francisco suscita en la familia presidencial.
Como contrapartida, Francisco llega a un país donde los sectores más conservadores tienen mucha desconfianza hacia su figura: lo ven como un latinoamericano típico, o sea, antinorteamericano, e incluso anticapitalista. Tampoco se muestran a gusto los católicos más tradicionalistas, que se muestran desconcertados por la no insistencia del Papa en la condena al aborto. Y por la actitud comprensiva hacia los gays. Para colmo, el no haber criticado al régimen castrista en su paso previo por Cuba y no haber recibido a los disidentes disgustó a los exiliados cubanos más anticastristas que viven en la Florida.
La recepción en la base aérea fue particularmente cálida: a los saludos sumamente cordiales que el Papa intercambió con Obama y su esposa se sumó la incesante ovación de fieles, muchos de ellos jóvenes que el pontífice respondía con efusivos saludos y grandes sonrisas. También estaba allí el vicepresidente Joe Biden y su familia. Francisco volvió a protagonizar un gran contraste al preferir un modesto auto, que se diferenciaba de las impresionantes camionetas negras que lo escoltaban. Además, saludaba desde el coche con las ventanas bajas, mientras un ejercito de miembros del servicio secreto norteamericano lo custodiaban.
El pontífice será recibido hoy en la Casa Blanca por Obama con quien analizará la agenda mundial. Se descuenta que la relación de EE.UU. y Cuba, la situación de los inmigrantes y la posición que llevará Washington a la cumbre de medio ambiente que se realizará en diciembre en París formarán parte de la charla. Luego, el Papa se encontrará con el clero local y por la tarde canonizará al sacerdote español Junípero Serra, figura clave en la evangelización de California. Sin embargo, algunos sectores lo acusan de haber contribuido al exterminio de indios.
El jueves, a la mañana, Francisco se convertirá en el primer pontífice en hablar ante el Congreso de EE.UU. También ahí, de una y otra manera, podría aludir a Cuba, los migrantes y el medio ambiente. Otros creen que se referirá, además, al comercio de armas y al importante consumo de drogas en EE.UU. El viernes, a la mañana, en Nueva York, hablará ante la Asamblea General de la ONU, que el lunes iniciará su cita anual. Los refugiados y la masacre de cristianos en Medio Oriente y África formarían parte de su discurso.
El fin de semana estará en Fidadelfia, donde presidirá el Encuentro Mundial de las Familias, un mega evento que la Iglesia organiza cada 3 años en alguna ciudad del mundo, y que dio origen a este viaje.
Francisco llegó a Washington procedente de Santiago de Cuba, donde ayer invitó a los católicos cubanos a “vivir la revolución de la ternura” y llamó a la Iglesia en este país a “tender puentes, romper muros, sembrar reconciliación”, precisamente en un país dividido y oprimido. Fue en la homilía de la misa en el santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de la nación y el símbolo religioso más importante de la isla, que se levanta en las afueras de Santiago de Cuba.
Y ante una comunidad católica como la cubana, acusada de ser muy conservadora y de estar replegada en la práctica del culto, exhortó tanto al clero como a los laicos a ser miembros de “una Iglesia que sepa acompañar todas las situaciones embarazosas de nuestra gente, comprometidos con la vida, la cultura, la sociedad, no borrándonos, sino caminando con nuestros hermanos”.
Mientras una multitud seguía desde fuera del santuario la misa, Francisco dijo: María “ha sabido visitar y acompañar en las dramáticas gestaciones de muchos de nuestros pueblos; protegió la lucha de todos los que han sufrido por defender los derechos de sus hijos”. Y subrayó que “la patria cubana nació y creció al calor de la devoción a la Virgen de la Caridad del Cobre”.
En lo que fue una alusión a las persecuciones religiosas que sufrieron los cubanos al comienzo del régimen castrista, el Papa afirmó que “el alma del pueblo cubano (…) fue forjada entre dolores, penurias que no lograron apagar la fe, esa fe que se mantuvo viva gracias a tantas abuelas que siguieron haciendo posible en lo cotidiano del hogar la presencia viva de Dios”.
En sus desplazamientos hacia el santuario de la Virgen del Cobre y luego a la catedral de la ciudad, donde mantuvo un encuentro con las familias -la última actividad de su visita a Cuba-, numerosos vecinos salieron a saludarlo, muchos con banderitas de Cuba y el Vaticano. A diferencia de ayer, que llovió copiosamente, el tiempo hoy ayudó ya que amaneció soleado.
Fuente: Clarin