La lluvia intermitente no ha sido lo único que empañó el comienzo de la era Trump. El rechazo que genera el magnate en una parte importante de Estados Unidos quedó patente tanto en el Capitolio, donde casi 70 legisladores boicotearon la toma de protesta del nuevo presidente, como en las calles de Washington. Lo anterior lo publicó el diario Vanguardia.
Allí, miles de manifestantes antiTrump se entremezclaron con las decenas de miles de personas que acudieron a la capital a celebrar al nuevo inquilino de la Casa Blanca. Aunque la mayoría de las protestas fueron pacíficas, hubo algunos actos de vandalismo y enfrentamientos.
Los arrestos se produjeron todos en el mismo incidente, registrado cerca de donde se celebraba el desfile inaugural aunque horas antes de que este comenzara. Un grupo de entre 400 y 500 manifestantes perpetraron actos de vandalismo, destruyendo escaparates de comercios y algunos vehículos, en una acción que “no fue improvisada”, subrayó el jefe interino de la policía de Washington, Peter Newsham.
Los enfrentamientos con la policía, que empleó gas lacrimógeno para dispersar algunas protestas, se produjeron cuando algunos de los manifestantes trataron de impedir los arrestos. Seis agentes resultaron heridos leves, la mitad por impactos en la cabeza de objetos lanzados por los agresores, y 217 personas acabaron detenidas y serán llevadas ante un juez hoy sábado.
¿QUÉ TEMEN?
Cuando a Laurie Arbeiter se le pregunta qué le lleva a manifestarse contra Trump en Washington; lo hará hoy, dice que lo hace por temor a que vuelva la ultraderecha supremacista, el gobierno de los millonarios, la misoginia del presidente, sus ataques a los inmigrantes…
“Todo el mundo debería sentir escalofríos por lo que va a pasar”, dice Arbeiter.