El papa Francisco reafirmó el domingo la oposición de la Iglesia Católica Apostólica Romana al matrimonio entre parejas del mismo sexo en la inauguración de una reunión de tres semanas de obispos de todo el mundo, pero dijo que la religión debía mostrar amor y comprensión hacia todos.
El Santo Padre presidió una misa solemne en la Basílica de San Pedro para inaugurar la reunión, conocida como sínodo, que discutirá el tema de la familia en el mundo moderno.
La antesala del sínodo, al que asisten unos 300 obispos y otros delegados, ha sido dominado por temas sobre la homosexualidad.
En la víspera de la reunión, el Vaticano removió de su cargo en la Santa Sede a un sacerdote polaco después de que reconoció públicamente que era gay y pidió cambios a las enseñanzas católicas contra la homosexualidad.
Conservadores realizaron una conferencia en Roma poco antes del inicio del sínodo, en la que abordaron formas en las que los homosexuales pueden vivir según las reglas del catolicismo, que sostienen que deberían llevar una vida de castidad, en tanto, un grupo de activistas católicos gay convocó a otra para exigir que se los acepte plenamente en la Iglesia.
Francisco dedicó un tercio de su homilía al tema del amor entre un hombre y una mujer y su rol en la procreación.
Este es el sueño de Dios para su criatura predilecta: verla realizada en la unión de amor entre hombre y mujer; feliz en el camino común, fecunda en la donación reciproca”, sostuvo.
También habló sobre el “significado auténtico de la pareja y de la sexualidad humana en el plan de Dios”, una clara referencia al matrimonio heterosexual.
El Sumo Pontífice también hizo hincapié en que la Iglesia debe ser más abierta, caritativa, compasiva y misericordiosa con toda la gente, en especial con aquellos cuyas vidas han sido dañadas y con quienes tienen dificultades para adherirse a los principios del cristianismo.
El líder de los mil 200 millones de fieles católicos dijo que el hombre “que cae o se equivoca debe ser comprendido y amado”.
“La Iglesia debe buscarlo, acogerlo y acompañarlo, porque una Iglesia con las puertas cerradas se traiciona a sí misma y a su misión, y en vez de ser puente se convierte en barrera”, agregó.
Al explicar la destitución del sacerdote polaco el sábado, el Vaticano dijo que al revelar públicamente en una entrevista que era gay buscó poner una presión mediática indebida sobre el sínodo para que se discutieran temas sobre homosexualidad, los que se espera que comprendan sólo una pequeña parte de las discusiones de los obispos.
La historia hizo noticia en casi todos los diarios italianos.
En un sínodo preliminar el año pasado, los obispos diluyeron un comunicado inicial que fue considerado como un gran cambio de tono sobre la homosexualidad. Ese comunicado hablaba de “dones y cualidades” de los homosexuales, pero que fue cambiado después de una severa respuesta de los conservadores.
Otro tema del sínodo será cómo acercarse a los católicos que se han divorciado y vuelto a casar en ceremonias civiles.
Para la Iglesia, ellos aún están casados con su primera esposa y viven en pecado. Algunos obispos quieren un cambio de las normas que les prohíben recibir sacramentos como la comunión.
El mes pasado, Francisco realizó una reforma que aceleró y simplificó la anulación matrimonial para los católicos, la medida más radical de su tipo en 250 años, y dijo a los obispos que sean más abiertos hacia las parejas divorciadas.