Tres mil 600 personas se manifestaron ayer en esa ciudad de Baviera, Alemania, contra la cumbre del grupo formado por las siete mayores economías del mundo (G7) que inicia hoy, pero varios de los quejosos resultaron heridos durante enfrentamientos con la policía.
De acuerdo con fuentes policiales, activistas atacaron a los agentes con botellas y extintores durante la marcha en Garmisch-Partenkirchen. La policía respondió con gas pimienta. Hasta ese momento, la marcha se había dado en medio de un clima pacífico.
El portavoz policial Hans-Peter Kammerer aseguró que un agente fue herido en un ojo, aunque no quedó claro cómo o con qué. También varios manifestantes fueron atendidos por los servicios médicos por problemas en los ojos.
La plataforma Stop G7 Elmau, que convocó la manifestación, acusó a la policía de atacar a manifestantes y provocar los incidentes.
Los organizadores de la cumbre movilizaron a más de 20 mil policías por el temor de incidentes antes de que hoy se reúnan en Elmau los líderes de Alemania, Estados Unidos, Japón, Italia, Reino Unido, Francia y Canadá.
Los manifestantes, activistas antiglobalización, ecologistas, anticapitalistas en gran medida, eran tres mil 600 según la policía bávara, cinco mil según los organizadores. La marcha se produjo en medio de una fuerte presencia policial.
Un colorido cortejo (a excepción de los anarquistas, todos vestidos de negro) desfiló por las pintorescas calles de esta localidad alpina.
Fuera de estos choques aislados, la manifestación se desarrolló de forma pacífica, hasta el punto de que la policía la calificó en un tuit de “protesta alegre”.
Ciertos manifestantes portaban la vestimenta tradicional bávara —con pantalones cortos de piel y camisa de cuadros para los hombres, y vestido colorido y delantal para las mujeres.
Los integrantes del G7 se darán cita en el castillo de Elmau, a unos quince kilómetros de Garmisch-Partenkirchen.
“Viva la solidaridad internacional”, gritaban los manifestantes.
“Es la primera manifestación de toda mi vida, ¡es genial!”, afirmó Egon Rüppel, de 74 años.
Los detractores del G7 denunciaron el despliegue policial masivo y el cordón de seguridad de varios kilómetros para impedirles acercarse al lugar del encuentro.
En las afueras de Garmisch-Partenkirchen, un campamento con varios cientos de manifestantes, fue autorizado a última hora por la justicia, junto al río Loisach.
Algunos se aventaban agua buscando un poco de frescor, mientras los habitantes, curiosos, se acercaron a los campamentos. Algunos, incluso, les llevaban pasteles y galletas.
El centro de Leipzig, Alemania, fue escenario el viernes por la noche de actos vandálicos cometidos por un centenar de personas, informó ayer la policía, que vinculó los incidentes con el G7.
Los manifestantes, algunos enmascarados, levantaron una barricada con neumáticos en llamas en una de las calles del centro. También lanzaron piedras, bombas Molotov y material pirotécnico que causaron destrozos en varios edificios públicos, precisó.
Agencias