El magnate Donald Trump, actual precandidato republicano a las elecciones a la Casa Blanca en 2016, afirma que su perspicacia para los negocios será de gran ayuda para unos Estados Unidos “básicamente en bancarrota”.
Pero hay algo que el multimillonario no cuenta, y son los detalles de sus cuatro grandes quiebras, denuncia el diario, ‘The Washington Post’.
Ante las presiones para que hablara sobre las cuatro ocasiones en 18 años en que sus compañías entraron en bancarrota, Trump calificó las quiebras de rutinas del día a día corporativo permitidas por la ley y experimentadas por “muchos de los que están en la cima del mundo comercial”, destaca ‘The Washington Post’.
No hay nada nuevo en esa postura: desde hace años el ahora precandidato presidencial republicano presenta sus quiebras como maniobras calculadas e incluso astutas y siempre como simples gajes del mundo del financiamiento comercial, subraya el diario. Pero en realidad no es así, ya que solo un 5% de las mayores compañías de EE.UU. se han declarado en bancarrota, comentó ante el rotativo Adam Levitin, profesor de derecho de la Universidad de Georgetown.
1991
Su primera quiebra Trump la sufrió en 1991, cuando su mayor casino en Atlantic City, el Trump Taj Mahal, se encontró al borde del precipicio debido a una deuda de 3.000 millones de dólares. El magnate se jactó de los buenos compromisos alcanzados para resolver la situación, pero su percepción estaba muy alejada de la realidad.
Para conseguir una tasa de interés más baja y más tiempo para devolver el préstamo, Trump llegó a un acuerdo con sus prestamistas, renunciando a la mitad de su propiedad y a la equidad en el casino que llevaba su nombre. También se acordó que el banco establecería límites en sus gastos personales. El magnate además vendió su compañía aérea, Trump Shuttle, y su yate, el Princesa Trump, que había comprado unos años antes al sultán de Brunéi.
1992
La siguiente quiebra llegó solo un año después. El Trump Plaza, otro hotel y casino también en Atlantic City, contrajo una inmensa deuda de 550 millones de dólares. Para conseguir unos términos de reembolso más favorables para la deuda, el multimillonario acordó ceder su 49% de participación en la empresa a media docena de prestamistas, incluyendo Citibank. Él mantuvo únicamente el cargo de director ejecutivo, un puesto simbólico, sin salario y sin derecho a participar en la toma diaria de decisiones.
2004
En 2004, el magnate se enfrentó a su tercera quiebra. Trump Hotels and Casinos Resorts, la compañía controladora de sus casinos, sufrió una abrumadora deuda de 1.800 millones de dólares. Para asegurarse tasas más bajas de interés y una línea de crédito para 500 millones de dólares, el empresario inyectó 72 millones de dólares de su fortuna personal en mantener la reestructuración a flote y acordó reducir su participación en la compañía del 47% a un 27%.
2009
En 2009 se derrumbó la siguiente empresa de Trump, Trump Entertainment Resorts, creada para controlar su imperio tras las tres quiebras anteriores. La empresa fue llevada ante los tribunales y sus acciones cayeron de 4 dólares a 25 céntimos. Trump dimitió como presidente y se quedó solo un 10% de acciones, lo que permitió a la compañía seguir usando su nombre en licencias.
RT Noticias