Tras su derrocamiento por Estados Unidos, el expresidente de Irak, Saddam Hussein, nunca pidió ni rogó perdón, relató en una entrevista exclusiva a RT Mowaffak al Rubaie, que entre 2004 y 2009 fue consejero de seguridad nacional del entonces primer ministro de Irak, Nouri al Maliki.
Según Rubaie, Hussein no daba la impresión de ser un hombre temeroso de dios y ni tan siquiera parecía que fuera religioso —solo utilizaba la religión “con fines propagandísticos y para engañar a la gente”— y tuvo que recordarle que pronunciara la última Shahada o profesión de fe islámica, en vísperas de su ejecución.
Este consejero indica que, antes de su muerte, los lemas de Hussein fueron: “¡Larga vida a la nación!”, “¡Larga vida al pueblo!”, “¡Viva Palestina!” y “¡Qua muera EE.UU.!”.
El entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, estaba claramente a favor del ajusticiamiento de Hussein, cuenta Mowaffak al Rubaie. Así, cuando “preguntó al primer ministro iraquí: ‘¿Qué van a hacer con este hombre?’ y Maliki respondió ‘vamos a ejecutarlo’, el mandatario estadounidense levantó su pulgar en señal de aprobación”.
24 años en el poder
Saddam Hussein gobernó Irak entre 1979 y 2003. El 5 de noviembre de 2006 fue condenado a morir en la horca por crímenes contra la humanidad por el Alto Tribunal Penal iraquí, instaurado a raíz de la intervención de EE.UU. Incriminado por el asesinato de 148 chiitas en la aldea de Duyail en 1982, Hussein fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006.
Goran TomasevicReuters
Las ambiciones del exlíder iraquí desembocaron en un conflicto bélico con Irán. El Ejército de Irak invadió a este vecino en 1980 y esa acción inició una sangrienta guerra que duró ocho años y se cobró la vida de más de un millón de personas.
En agosto de 1990, Hussein se anexó Kuwait, que permaneció bajo soberanía iraquí hasta que, a principios de 1991, una coalición internacional liderada por EE.UU. lanzó un operativo para liberar ese país.
En 2003, los estadounidenses ocuparón Irak para derrocar a Saddam Hussein, con los argumentos de que querían establecer un régimen democrático y prevenir la proliferación de unas armas de destrucción masiva que nunca pudieron encontrar.
RT