El presidente de Irán, Hasan Rohani, ha puntualizado este lunes que las armas de destrucción masiva del régimen israelí son la principal amenaza para la seguridad y la paz en el Oriente Medio.
“Todos los países deben aumentar las presiones políticas contra el régimen de Tel Aviv para que acate las leyes internacionales”, ha dicho Rohani en referencia a la negativa de las autoridades israelíes a firmar el Tratado de No Proliferación (TNP).
El régimen israelí es el único en el Oriente Medio que posee armas nucleares y no permite que se realicen inspecciones a sus instalaciones nucleares, donde este régimen inició hace más de cinco décadas actividades nucleares secretas y actualmente almacena más de 200 ojivas nucleares.
El mandatario persa ha hecho esos comentariosen un encuentro con el nuevo embajador de Argelia en Irán, Abdel Monem Ahriz, en el que ha agradecido las posturas de Argel a favor del programa de energía nuclear iraní.
“Ambos países coinciden en que todas las naciones pueden utilizar la energía nuclear con fines pacíficos en el marco del TNP y que tanto la región como el mundo entero debe deshacerse de armas de destrucción masiva”, ha afirmado.
En otra parte de sus palabras, Rohani ha deplorado las políticas belicistas de algunos países de la zona y ha reiterado que se deben hallar soluciones diplomáticas para las crisis en Siria, Libia y sobre todo em Yemen, país que se ha convertido, desde el 26 del pasado marzo, en el blanco de incesantes ataques aéreos de Arabia Saudí y sus aliados.
“En Yemen, mueren la agente indefensa, las mujeres y los niños, además las infraestructuras han sido destruidas. Ciertos países de la región, en vez de formar una coalición para evitar conflictos, han creado una alianza para bombardear otros países”, ha precisado.
Por su parte, el diplomático argelino ha respaldado el principio de acuerdo entre Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) considerándolo un paso importante para preservar la seguridad a nivel regional e internacional.
Además, señaló que su país intensificará sus colaboraciones con otros países para que ponga fin al derramamiento de sangre en Yemen, donde han muerto más de 2640 civiles, entre ellos 381 menores de edad y 214 mujeres, 5 de ellas embarazadas.