El 21 de marzo de 2014 Belén, una mujer de 27 años, llegó al Hospital Avellaneda de San Miguel de Tucumán (Argentina) con mucho dolor abdominal. El personal médico que atendió a la paciente, que apareció junto con su madre, le dio un analgésico y la llevó a un doctor del servicio de Ginecología por su abundante sangrado, informa el portal local Notas.org.
A partir de entonces, la joven asegura que sufrió varios interrogatorios acusatorios por parte de muchos trabajadores sanitarios del centro, quienes le preguntaron si se “había puesto algo” porque ese sangrado “no era normal”.
Cuando un médico informó a Belén de que estaba embarazada de 20 semanas y había sufrido un aborto espontáneo, esta mujer aseguró que no sabía que se encontraba en estado. Hoy en día, tras dos años en prisión, mantiene esta versión.
Por su parte, la madre de esta mujer cuenta que una policía salió del cuarto baño y aseguró que había encontrado un feto, al cual identificaron de inmediato como el ‘hijo’ de Belén, a pesar de que en ningún momento los especialistas realizaron un estudio de ADN para comprobar ese hecho.
Esta mujer permaneció ingresada en el lugar durante cinco días y, cuando se despertó en la sala de partos, unos médicos la estaban revisando sus partas íntimas y la Policía la tenía rodeada. Además, un enfermero le trajo el feto en una cajita y la insultó.
Belén fue condenada de hecho —sin sentencia firme— por profesionales de la salud del hospital Avellaneda de San Miguel de Tucumán, efectivos de la Guardia Policial e integrantes del sistema judicial de esa ciudad y está presa desde hace dos años y un mes.
El pasado 19 de abril, la Sala III de la Cámara Penal de Tucumán la condenó a ocho años por “homicidio doblemente agravado”: por el vínculo y por la alevosía. Varios movimientos políticos y sociales han rechazado este fallo judicial y exigen su excarcelación.
RT Noticias