Anticipándose al Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y Transfobia, un grupo de expertos/as en derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas y otros/as expertos internacionales* hacen un llamado para que se ponga fin a la discriminación y a la violencia contra niños, niñas y jóvenes lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex.
El Comité de los Derechos del Niño de la ONU, un grupo de expertos y expertas de las Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Relatora Especial de Derechos de Defensores y Defensoras de la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos, y el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa instan a los gobiernos a proteger a estos jóvenes, niños y niñas de actos de violencia y discriminación, y a integrar sus puntos de vista en políticas y leyes que afecten sus derechos.
“En todo el mundo, niños y niñas y jóvenes lesbianas, gays, bisexuales, trans (LGBT) o intersex, o aquellos/as que son considerados/as como tales, se enfrentan a estigma, discriminación y violencia debido a su orientación sexual e identidad de género real o percibida, o porque su cuerpo difiere de las definiciones tradicionales de mujer u hombre.
La violencia y discriminación contra niños, niñas y jóvenes LGBT e intersex ocurre en los hogares, escuelas, e instituciones. Las y los jóvenes LGBT también enfrentan a menudo el rechazo de sus familias y comunidades que reprueban su orientación sexual o identidad de género. Esto puede resultar en altos niveles de exclusión social, pobreza, y jóvenes sin hogar. Niños y niñas LGBT sufren de acoso escolar a manos de sus compañeros o compañeras, y maestros o maestras lo cual conlleva a la deserción escolar. Incluso a algunos se les niega el ingreso escolar, o son expulsados y expulsadas de sus escuelas debido a su orientación sexual o identidad de género real o percibida.
El estigma y la discriminación que enfrentan los niños, niñas y jóvenes LGBT tienen efectos negativos en su autoestima, y están asociados a tasas más altas de depresión y suicidio que entre sus pares. Las actitudes discriminatorias de los profesionales de la salud y las restricciones en el acceso a la información también crean barreras que obstaculizan el acceso de niños, niñas y jóvenes LGBT e intersex a servicios de salud apropiados y seguros.
En algunos países, jóvenes LGBT son sometidos a llamadas “terapias” con la finalidad de “modificar” su orientación o identidad. Estas terapias son dañinas, contrarias a la ética, carecen de fundamento científico, son ineficaces y podrían constituir una forma de tortura. Las y los jóvenes trans tampoco tienen acceso al reconocimiento de su identidad de género, y son sometidos a procedimientos abusivos, como la esterilización o el tratamiento forzoso.
Adicionalmente, niños, niñas y jóvenes intersex pueden ser sometidos a tratamientos e intervenciones quirúrgicas irreversibles y médicamente innecesarias sin su consentimiento libre e informado. Estas intervenciones pueden ocasionarles un grave sufrimiento físico psicológico a largo plazo, afectando así a sus derechos a la integridad física, la salud, la vida privada y la autonomía, y podrían constituir una forma de tortura o maltrato. Los Estados deben prohibir estas intervenciones.
Las leyes que, de manera directa o indirecta, criminalizan a las personas con base en su orientación sexual o identidad de género exacerban la violencia y discriminación. Esto incluye las leyes “anti propaganda gay” que restringen arbitrariamente el derecho a la libertad de expresión y el derecho de asociación y amenazan el trabajo de las organizaciones de personas LGBT y de las y los defensores de derechos humanos. Aunque se afirma que estas leyes protegen a niños y niñas el resultado es, por lo general, exactamente el contrario: generan violencia contra niños, niñas y jóvenes activistas que protestan contra estos abusos. Estas y otras leyes discriminatorias van en contra de estándares internacionales de derechos humanos y deben ser derogadas.
Los Estados deben actuar para proteger a todos los niños, niñas y jóvenes de la violencia, y asegurar que existan sistemas para su protección y apoyo efectivos. Esto incluye albergues y otros mecanismos de seguridad para aquellas personas que necesitan protección.
Las actitudes que tiene la sociedad en contra de personas LGBT e intersex no pueden ser utilizadas como justificación para promover leyes y políticas discriminatorias, perpetuar tratos discriminatorios o no investigar y enjuiciar a las personas responsables de actos de violencia contra niños, niñas y jóvenes LGBT e intersex. Los Estados deben tomar medidas para superar estos prejuicios y estereotipos a través de iniciativas anti-discriminación en las escuelas y a través de campañas públicas de educación. Asimismo, deben abordar la discriminación y la violencia interseccionales contra jóvenes LGBT e intersex por razones de raza y origen étnico.
Es necesario proteger la salud y el bienestar de niños, niñas y jóvenes, incluyendo a través del acceso a servicios de salud no discriminatorios y a una educación sexual comprehensiva; y a través de la protección de los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes a su identidad, autonomía, e integridad física y psicológica.
Exhortamos a los Estados a cumplir con su obligación de respetar, proteger y garantizar los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes sin discriminación y a asegurar que niños, niñas, y jóvenes lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex participen en las discusiones sobre políticas y leyes que afecten sus derechos. Asimismo, exhortamos a las instituciones de derechos humanos y de derechos de niños y niñas a cumplir sus mandatos y su papel de protectores contra la violencia y la discriminación”.