El mensaje de Donald Trump llegó alto y fuerte a Detroit. Cuando no ha pasado una semana de que el presidente electo amenazara a General Motors y Toyota con costosos aranceles para contener la deslocalización de empleo, el grupo Fiat Chrysler Automobiles anuncia un inversión de 1.000 millones de dólares en Ohio y Michigan por la que creará 2.000 nuevos empleos en Estados Unidos.
El plan de industrialización, como lo denomina la compañía, está pensado para resucitar la producción del Jeep Wagoneer y del Grand Wagonner. En concreto va a modificar el actual complejo que opera en Warren (Michigan) para adaptarlos a estos dos nuevos modelos de todocaminos con los que quiere llegar a las nuevas generaciones de conductores. La última vez que se utilizó este nombre fue en 1991.
Ohio y Michigan son dos de los estados clave que dieron la victoria electoral a Donald Trump en la pasadas elecciones presidenciales. Durante la campaña, prometió imponer un arancel del 35% a los vehículos importados de países de bajo coste. Ford Motor renunció la semana pasada a una inversión de 1.600 millones en México para expandir la producción, con la construcción de una planta en el país.
La presión del presidente electo no hizo más que crecer a solo dos semanas de que tome posesión del cargo. Ford Motor invertirá en su lugar 700 millones en Michigan para la producción de coches eléctricos y el desarrollo de la tecnología de conducción autónoma. Pese al choque con el próximo inquilino de la Casa Blanca, los fabricantes de Detroit creen que las políticas de Trump son buenas para el sector.
Chrysler, como General Motors, tuvo que ser rescatada en 2009 tras declararse en suspensión de pagos. El tercer fabricante de EE UU superó la bancarrota tras ser adquirida por el grupo Fiat. La compañía explica que esta anuncio, combinado con el que se hizo el pasado verano, “demuestra el compromiso” para reforzar la base manufacturera en el país y ajustarla con la creciente demanda por los modelos Jeep.
Este plan de industrialización, concluyen, permitirá consolidar a EE UU como un enclave de producción global. La multinacional, sin embargo, mantiene al menos una línea de la producción de la camioneta Ram en México, que completará con la de Warren. Las últimas cifras anuales de ventas confirman a tendencia de los últimos años, en la que ganaron mercado los vehículos de gran tamaño.
Fuente: El País