China hará frente a graves problemas en los próximos años y Japón se convertirá en la principal potencia en el este de Asia para 2040, según un informe de Geopolitical Futures, un servicio de pronósticos geopolíticos.
Aunque parezca imposible, la población japonesa está disminuyendo y representa menos de una décima parte de la de China, mientras que el ratio deuda/PIB de Japón supera el 229%. El ascenso de Japón en los próximos 25 años se explica sobre cifras como estas que se desprenden de la comparativa entre ambas economías, informa el portal Mauldin Economics.
Ventajas y desventajas de China
Existen serias disparidades entre cuatro regiones chinas en lo que se refiere a producción de riqueza, más de la mitad de la cual se produce en la costa oriental, mientras que la región nororiental aporta solo el 8% del PIB.
Sin embargo, la mayor lacra económica de China es la pobreza, agravada por el tamaño del país.
Aunque la economía lleva 30 años creciendo a un ritmo notable, éste va desacelerándose, mientras 360 millones de personas siguen padeciendo la pobreza extrema.
China es el país más poblado del mundo y a esta característica van asociadas tanto ventajas como desventajas. Por un lado, el país cuenta con enormes recursos humanos para desplegar fuerzas militares y está protegido de enemigos potenciales por su inmenso territorio y peculiaridades geográficas. Sin embargo, por otro lado, China gasta a menudo más fondos en mantener la seguridad interna que en sus Fuerzas Armadas.
Asimismo, el país cuenta con regiones étnicamente diferentes que buscan una mayor autonomía, por lo que China también debe mantener el control de las fronteras internas.
El gigante asiático es una potencia terrestre formidable, si bien nunca fue una potencia marítima global. Además, siempre ha sido susceptible de sufrir revoluciones internas y, en ocasiones, conquistas desde el exterior.
La riqueza producida por Japón tampoco se distribuye equitativamente entre las regiones, generando el área de Gran Tokio casi un tercio del PIB del país.
Sin embargo, la distribución de la riqueza entre la población no está plagada de los contrastes típicos de China, debido a que el país está menos poblado y a que su diversidad territorial es menor.
La mayor desventaja de Japón es su alta dependencia de las importaciones de víveres -trigo, maíz, soja y cebada- y de materias primas.
La energía es otra partida esencial en las importaciones. Incluso antes de la catástrofe de Fukushima en 2011, la dependencia de Japón de las fuentes extranjeras de energía era del 80%. Desde 2012, la tasa se ha incrementado hasta al 91%.
Al mismo tiempo, Japón es uno de los mayores inversores mundiales en inteligencia artificial, automatización y tecnologías robóticas por el bien de la productividad.
Aunque la sociedad nipona es homogénea y relativamente poco ‘amiga’ de los extranjeros, circunstancias extremas podrían llevar a un cambio en la política migratoria, mientras que la región de Asia Pacífico ofrece amplios recursos humanos para vadear el problema.
A diferencia de China, Japón es una nación isleña y no tiene enemigos potenciales en sus fronteras terrestres ni debe preocuparse sobre sentimientos separatistas dentro de su territorio.
El país ha desarrollado una Armada fuerte para proteger sus rutas de suministro marítimas y ha formado una alianza estrecha con Estados Unidos, país que le ayuda a protegerlas.
RT Noticias