El embarazo de una niña de 10 años, presuntamente abusada por el padrastro, tienen enfrentados a instituciones del estado con organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, que piden interrumpir la gestación.
El estado de la menor se descubrió a finales del mes pasado cuando su madre, de 32 años, la llevó al médico tras notar el aumento de su vientre. En ese momento la niña fue conducida a la sala de maternas del hospital público de Trinidad donde fue atendida por el servicio de psicología y posteriormente trasladada al Hospital Materno Infantil de la Cruz Roja.
Los médicos que atendieron a la niña dicen que se trata de un embarazo de alto riesgo ya que no tiene desarrollado su cuerpo para soportar un embarazo, porque se encuentra en su etapa de crecimiento y desarrollo.
Amnistia Internacional, sección Paraguay, inició una campaña llamada “ACCIÓN URGENTE”, que busca la adhesión de activistas de todo el mundo para que el Ministerio de Salud y las autoridades judiciales permitan un aborto en el caso de una niña de diez años víctima de abuso sexual.
“La organización pide al gobierno que intervenga para garantizar que la niña obtenga todo el tratamiento médico que necesita, incluida la interrupción de este embarazo”, pide AI.
La ONG dijo que si se obliga a la niña a continuar con este embarazo se incurriría en “tortura y otros malos tratos”.
La madre de la niña está detenida por orden judicial por faltar al debido cuidado, ya que a pesar de haber denunciado el abuso en enero pasado, permitió que la víctima y el agresor siguieran viviendo bajo el mismo techo.
El atacante fue identificado como Gilberto Benítez de 42 años, quien ya fue imputado por la fiscalía y se encuentra prófugo.
CNN