El senador de Texas Ted Cruz dio por terminada su campaña por la Presidencia de Estados Unidos, lo que eliminó el principal obstáculo en la marcha de Donald Trump hacia la nominación del Partido Republicano.
Cruz, quien trató de posicionarse como la única alternativa a Trump, dio por concluida su campaña después de una dura derrota en las primarias republicanas en Indiana.
“Parece que el camino ha sido trazado”, dijo Cruz a sus partidarios en Indianápolis. “Lo dimos todo en Indiana, pero los votantes eligieron otra vía, y por ello, con aflicción pero con inconmensurable optimismo por el futuro de nuestra nación a largo plazo, suspendemos nuestra campaña”.
De haber tenido éxito en su campaña, Cruz se habría convertido en el primer presidente de Estados Unidos de ascendencia hispana, aunque con frecuencia restó importancia a su etnia durante la campaña.
El senador abogó por leyes de inmigración más estrictas y por la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México, así como por la protección del derecho a la tenencia de armas.
También criticó la reforma de salud del presidente Barack Obama.
Cruz alegaba que era el único conservador de verdad en la contienda, y promovió su reputación en el Senado, donde chocó con demócratas y miembros de su propio partido por su obstinación ideológica. Cruz se lanzó contra lo que llamó el “cártel de Washington”, en un intento por atraer a un electorado ansioso por un cambio político.
Pero a fin de cuentas no pudo competir con el atractivo de Trump entre los votantes blancos de clase trabajadora que fueron atraídos por el estilo estrambótico del magnate.
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