Ciudad de México, 12 de junio (SinEmbargo).– En la reciente elección ya existe una ganadora: la opacidad. Los candidatos que fueron votados el pasado domingo realizaron su campaña electoral envueltos en el manto del misterio sobre sus recursos, bienes muebles e inmuebles, cuentas financieras, propiedades en el extranjero y sobre todo, sus intereses. Es decir, los nombres de empresarios con quienes pudieran tener conflictos en el futuro en caso de ganar y ocupar el puesto de elección popular que disputaron.
En las elecciones intermedias de 2015 se inauguraron espacios en los que los candidatos tuvieron la oportunidad de quitar el velo oscuro que suele tener la escena pública de la política mexicana. Varias organizaciones civiles, entre ellas el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Transparencia Mexicana, se agruparon para poner a su disposición la plataforma digital “Candidatos Transparentes” en la que los llamaron a presentar su declaración patrimonial, de intereses y fiscal. Por su parte, el Instituto Nacional Electoral (INE) ordenó montar el micrositio “Candidatas y Candidatos” en el que conminó a los suspirantes a una diputación federal a presentar su currículum académico y profesional.
Pero, si se juzgan los números, los candidatos no mostraron gran interés en esos ejercicios de transparencia. Sólo 397 suspirantes de 22 mil registrados en la contienda aceptaron publicar su declaración patrimonial en “Candidato Transparente” y sólo mil 771 de los 4 mil 518 que buscaban ser diputados, aceptaron dar a conocer su perfil profesional y académico.
En las campañas de los hombres y mujeres que el domingo 7 fueron votados se repartieron 5 mil 199 millones 695 mil 918 pesos, presupuesto otorgado por el INE. Es decir, los suspirantes de los diez partidos en la contienda fueron poseedores de dinero público.
México se encuentra en el sitio 103 de 175 países en el Índice de Percepción de la Corrupción elaborado por la organización Transparencia Internacional, muy cerca de Bolivia, Moldavia y Nigeria. Los escándalos inmobiliarios y de derroches de los políticos mexicanos que han pasado desde los presidentes municipales, los gobernadores , hasta el Presidente de la República con el desliz de la “casa blanca” han influido en este indicador.
QUIENES PRESENTARON, SIMULARON
En realidad, la forma en que presentaron su declaración los pocos candidatos que aceptaron hacerlo, no le ayudó al deteriorado paisaje de la corrupción. En muchos casos, el documento se muestra vacío en partes fundamentales; sobre todo la que concierne a los intereses; es decir los nombres de empresas o personas con quien pudieran tener conflicto en el futuro si fueran gobernantes. Y en cuanto a la fortuna inmobiliaria, en los casos de los hombres casi siempre aparece a nombre de las esposas.
Las cónyuges de la mayoría de aspirantes resultaron ser las dueñas de las casas de los candidatos. Jaime Heliodoro Rodríguez Calderón, “El Bronco”, candidato independiente quien según el conteo avasalló en la contienda para la gubernatura de Nuevo León, declaró una casa en el municipio de García, adquirida por donación en 2006 y a nombre de su esposa, Adalina Dávalos Martínez.
Más información en SinEmbargo