Las puertas del conocido “albergue negro”, ubicado en el cruce de las calles 16 de septiembre y Francisco Villa en el centro de la ciudad, fueron cerradas de manera definitiva ante la escasa presencia de migrantes en nuestra frontera.
El lugar fue bautizado así por los mismos migrantes ya que el inmueble está pintado en su exterior todo de negro, y hasta antes del 20 de enero de este año, fue un sitio que llegó a albergar hasta 120 personas en situación de movilidad.
Muchos de los migrantes, en su mayoría originarios de Venezuela Honduras y Nicaragua, permanecían en este sitio a la espera de la cita con el consulado americano para solicitar asilo político en el vecino país.
Muchos de los migrantes que se albergaban en dicho refugio venían huyendo de la violencia en sus diferentes países, y buscaban a toda costa internarse en los Estados Unidos.
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se canceló la aplicación CBP ONE, qué era la herramienta de la que disponían los migrantes para agendar una cita con la autoridad norteamericana a efecto de solicitar refugio en aquel país.
Cuando estaba en funcionamiento dicho albergue, se podía observar diariamente a las personas en situación de movilidad que entraban y salían de este refugio, migrantes que se veían obligados a realizar diferentes trabajos en está frontera para poder sobrevivir y allegarse de recursos mientras esperaban su cita con el gobierno de los Estados Unidos.





