Nuevas terapias para la diabetes mejoran el control de la glucosa en sangre y disminuyen el peso y la presión arterial, han afirmado los expertos.
“Tanto médicos como pacientes debemos estar de enhorabuena con la llegada de nuevas terapias que consiguen un mejor control de los niveles de azúcar en sangre, que sigue siendo uno de los retos en el tratamiento”, ha aseverado el doctor del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, Francisco Tinahones.
Según el experto, fármacos recientes como la canagliflozina no solo mejoran estas cifras, sino que consiguen una reducción del peso y de los niveles de presión arterial, claves para una buena evolución del paciente.
“Otra ventaja es que se pueden administrar en cualquier momento de la evolución de la enfermedad. Hasta ahora, muchos antidiabéticos perdían su eficacia en pacientes que llevaban muchos años en tratamiento”, ha comentado Tinahones.
Estas declaraciones han sido corroboradas por el doctor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oviedo (Asturias) y adjunto al servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Central, Elías Delgado, quien ha informado que, actualmente, hay nuevas opciones, como la familia de inhibidores de la SGLT-2, que, además de controlar los niveles de glucemia y de hemoglobina glicosilada, ofrecen “muy buenos resultados” sobre otros parámetros que influyen en el síndrome metabólico, como el peso y la presión arterial.
Un gran por ciento de la población mayor de 18 años tiene diabetes y casi la mitad desconoce su condición. Se estima que su prevalencia se ha multiplicado, en gran medida, por los malos hábitos de vida asociados a una mala alimentación, un aumento de la población obesa, y al sedentarismo.
De hecho, la obesidad y la falta de actividad física son dos de los factores que más contribuyen a su aparición. “La importancia es tal que en etapas iniciales si el paciente baja de peso e incrementa su actividad física puede remitir la enfermedad y suspenderse el tratamiento farmacológico que esté tomando. Una población sin obesidad sería una población sin diabetes tipo 2, o por lo menos los casos serían excepcionales”, ha apostillado Tinahones.
En este sentido, Delgado ha insistido en que el reto sigue siendo lograr un diagnóstico precoz y tratar la diabetes exhaustivamente en sus etapas iniciales.
“En ese momento inicial podemos conseguir la mejor hemoglobina posible sin complicaciones. Hoy en día tenemos herramientas, como son los SGLT-2 y más específicamente la canagliflozina, que nos permiten conseguir esa hemoglobina glicosilada en las cifras adecuadas”, ha añadido.
Por otra parte, los expertos han destacado la importancia de la educación del paciente con diabetes tipo II, quienes, a su juicio, deben conocer su enfermedad y saber qué está en su mano conseguir una mejor evolución de la misma.
Finalmente han subrayado el papel de los inhibidores del SGLT2 que actúan bloqueando la reabsorción de la glucosa a través del riñón y aumentando la eliminación de ésta a través de la orina.
La glucosa es filtrada desde la sangre a los riñones, y posteriormente reabsorbida de nuevo en el flujo sanguíneo. Dicha reabsorción se realiza mayoritariamente a través del transportador sodio-glucosa tipo 2.
“Dentro de estas terapias, la canagliflozina actúa de forma selectiva inhibiendo este trasportador. Resultado de ello es que se favorece la pérdida de glucosa a través de la orina, consiguiéndose una reducción de los niveles de azúcar en estos pacientes. Un mecanismo de acción que es independiente de la acción de la insulina.
A la espera de más estudios, este medicamento parecer diferenciarse de otros de la misma familia en que, a nivel local, tiene una cierta inhibición de los SGLT-1 en el intestino delgado, y esto se traduce en una mayor reducción del pico de glucosa postprandial (nivel de azúcar después de las comidas)”, ha considerado Delgado.
HispanTV