Un estudio de la Cámara de Diputados concluye que si bien el gravamen fiscal es una medida correcta, el reto del gobierno mexicano está en desarrollar e implementar políticas públicas para prevenir y combatir la obesidad y el sobrepeso sobre todo para “reducir el consumo de bebidas saborizadas, que es una de las principales causas de dichos padecimientos en México”
Para 2015 se prevé una disminución de 3.1% en la recaudación del impuesto al refresco, sin embargo, la baja es insuficiente para que México deje de ser el país con el mayor consumo (176.2 litros per cápita), 694% más que el promedio mundial (22 litros).
El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados elaboró el estudio “Medidas fiscales y extra fiscales para contrarrestar el consumo de bebidas saborizadas en México” y concluyó que Ley del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) aprobado en 2013, ha sido insuficiente para desincentivar el consumo.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, durante el primer año de vigencia la recaudación por IEPS a bebidas saborizadas ascendió a 18 mil 254 millones de pesos. Esto equivale a 16.4% del total de ingresos obtenidos por concepto de dicho impuesto (111,646.8 mdp).
En tanto, para las proyecciones de 2015, Hacienda calcula que la recaudación de las bebidas saborizadas serán a 18 mil 271 millones de pesos, lo que implicaría una caída de 3.1% real anual. Para este año, se prevé que estos productos contribuyan con 11.4% del total de la recaudación del IEPS y con el 0.9% del total de los ingresos tributarios.
Además, la recaudación del impuesto a las bebidas durante 2014, representó el 0.1% del Producto Interno Bruto que asciende a 17 billones, 50 mil 554.6 millones de pesos y para 2015 se calcula que habrá una variación mínima, pero se mantendrá el mismo porcentaje.
El estudio de la Cámara de Diputados concluye que si bien el gravamen fiscal es una medida correcta, el reto del gobierno mexicano está en desarrollar e implementar políticas públicas para prevenir y combatir la obesidad y el sobrepeso sobre todo para “reducir el consumo de bebidas saborizadas, que es una de las principales causas de dichos padecimientos en México”.
Para la Alianza por la salud alimentaria, el impuesto tampoco ha funcionado, según señalan en su estudio “Contra la obesidad y la diabetes: una estrategia secuestrada”, presentado el 15 de abril pasado. Las organizaciones integrantes advierten que para lograr un verdadero impacto, el gravamen debería ser de 30% y no de 10% como lo aprobaron los diputados, toda vez que solo afecta el bolsillo del usuario, pero no desalienta el consumo.
Los investigadores de la Cámara de Diputados afirman que tampoco existe correspondencia entre la prevención y tratamiento del problema en el presupuesto. Mientras que 55% del gasto federal destinado a Salud se deriva del tratamiento a personas con sobrepeso y diabetes, una mínima parte es etiquetado para evitar el problema.
El análisis recomienda implementar políticas públicas para la prevención y control de sobrepeso, obesidad y diabetes, pues en 2014 se destinó 312 millones de pesos, de lo que 0.3% es parte del presupuesto del ramo de salud y 1.8% de la recaudación del IEPS a bebidas saborizadas.
¿Qué tan grave es el problema?
De acuerdo con el análisis de la Cámara de Diputados, con base en las estadísticas de ventas de la refresquera Coca Cola, México es el principal consumidor en el mundo, incremento percibido durante las últimas dos décadas, sobre todo porque “se ha duplicado entre los adolescentes y triplicado entre los adultos, lo que explica el incremento desmedido de las personas con sobrepeso en nuestro país”.
Hasta 2012, cada mexicano consumía en promedio 176.2 litros de refresco al año, lo que equivale a 483 mililitros por día, es decir, 85.9% más que el consumo promedio de un estadounidense quienes toman 94.8 litros y mayor en 694% al promedio mundial (22.2 litros).
“El aumento en el consumo de refrescos en los últimos años provocó un incremento en los casos de diabetes y obesidad temprana en los niños y jóvenes de nuestro país”, advierte el estudio. Esto porque son bebidas elaboradas con sacarosa, glucosa y fructosa, sustancias que afectan el páncreas y fácilmente llegan a la sangre, integrándose en los tejidos y convirtiéndose en grasa.
El problema es de tal magnitud que, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México es el país que más decesos a causa de diabetes mellitus registra, al registrar 83 mil 416 muertes en el año 2012.
Mientras que el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), advierte que los más de ocho millones de diabéticos por sobrepeso y obesidad, provocan un costo social por alrededor de 85 mil millones de pesos al año. De ello, 73% corresponde a gastos por tratamiento médico, 15% a pérdidas de ingreso por ausentismo laboral y 12% a pérdidas de ingreso por mortalidad prematura. Esta cifra equivale al 65.3% del presupuesto asignado al sector salud para 2014 (130 mil 264.8 millones de pesos).