Las mamografías promovidas para mujeres de 40 años, están fracasando en su intento por extender la vida de las mujeres”, concluyó un pánel de expertos independiente de Estados Unidos.
El grupo, formado por los Comisión de Servicios de Prevención de ese país, publicó recientemente sus lineamientos acerca de estas herramientas de detección, en los que dejó sentado que las también llamadas mastografías son una decisión personal, aunque en conjunto con un médico, para las féminas en sus cuarentas.
El borrador de lineamientos federales de salud de los Estados Unidos, reforzó sus recomendaciones dadas en 2009 sobre llevar a cabo estas revisiones de manera periódica entre los 50 y los 74 años.
Karuna Jaggar, directora de Acción por el Cáncer de Mama, una de las organizaciones participantes, escribió en el diario Washington Post su postura acerca de estos dichos. “La mamografía, que se ha promovido ampliamente para mujeres en sus 40′s desde los años 80, no está cumpliendo con nuestras expectativas de extender la vida de las mujeres. La detección del cáncer de mama de rutina se supone evitaría que las mujeres murieran de cáncer de mama, pero los estudios han demostrado que el mantra de ‘detección temprana salva vidas’ simplemente no es verdadero para el cáncer de mama”.
En el escrito, Jaggar denuncia que esta idea está fundamentada más en la política y el lucro, que en la ciencia. “Los políticos y los grupos de interés se han aferrado al mito de que los mamogramas salvan vidas”, dice.
Ejemplifica que, a pesar de la promoción extendida de la mastografía, el cáncer de seno sigue siendo la segunda causa de muerte entre las mujeres, el cual mata cada año a 40 mil estadounidenses. “Cualquier reducción en las tasas de mortalidad por cáncer, es el resultado de la mejora en el tratamiento, principalmente el desarrollo de terapias dirigidas, como Herceptin – en lugar de la revisión generalizada”.
Menciona un par de estudios, como el publicado por el British American Journal el año pasado, que hizo la revisión más grande de mamografías en todo el mundo, concluyó que revisar a mujeres con riesgo promedio, es decir, antes de sentir un bulto en sus senos, no dio lugar a una baja en las cifras de muertes por esta enfermedad.
“Es ahora evidente que, no sólo los beneficios de la mamografía se han exagerado, sino que también los daños se han minimizado, tal como los resultados del monitoreo que muestran una alta incidencia de falsos positivos (resultados erróneos que muestran una mujer puede tener cáncer), el exceso de diagnóstico (identificación de un cáncer que no es y nunca será peligroso para la vida), y el sobre-tratamiento (tratamiento de cáncer que probablemente nunca cause síntomas o amenace la vida).
Dichas recomendaciones se contraponen con lo sostenido por la Sociedad Americana contra el Cáncer y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, ambos promueven revisiones anuales a partir de los 40 años.
“Queremos ser capaces de empoderar a las mujeres con la ciencia, para que puedan entender los beneficios potenciales así como los daños potenciales, y tomar la decisión que sea correcta para ellas basadas en sus propios valores, preferencias y sus antecedentes médicos personales”, dijo la doctora Kirsten Bibbins-Domingo, vicepresidenta de la comisión y profesora en la Universidad de California en San Francisco.
“La comisión fue muy clara y cuidadosa para decir que la discusión entre un profesional en el cuidado de la salud y una mujer sobre la realización de una mamografía debe comenzar a los 40 años. Espero y anticipo que eso clarificará la percepción equivocada de la comisión estaba en contra de la revisión para mujeres entre 40 y 49 años”, dijo la experta en declaraciones recogidas por HealthDay.
De acuerdo con el reporte dado por la comisión, los beneficios de una mamografía incrementan con la edad, pues se ha demostrado que las pruebas periódicas de detención pueden prevenir cerca de cuatro muertes por cáncer por cada 10 mil mujeres de entre 40 y 50, y ocho por cada 10 mil mujeres en sus 50, y 21 por cada 10 mil mujeres de 60 a 70.
Asimismo, los daños también se reducen, por ejemplo, hay más de mil 200 falsos positivos por cada 10 mil mujeres que se realizan una mamografía a los cuarenta y tantos y al llegar a los 50, la tasa de falsos positivos baja a poco más de 900 por cada 10 mil mujeres.
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