El grupo de rastreo de voluntarios ha localizado durante este mes un total de 56 restos óseos y prendas de vestir femeninas en el Arroyo del Navajo en el Valle de Juárez.
En un primer rastreo, a principios de octubre, hallaron 54 restos, cuya ubicación fue dada a conocer a las autoridades ministeriales para su levantamiento y análisis, pero hasta ahora no han recibido información al respecto.
En el segundo rastreo, efectuado el sábado 22, los colectivos localizaron dos restos más, uno de ellos cerca de la carretera y otro en el cauce del arroyo.
La defensora del Grupo Acción por los Derechos Humanos y Justicia Social, Michelle Salas, explicó que el primer rastreo les permitió documentar acciones para seguir impulsando nuevas búsquedas, y anunció que continuarán el 26 de noviembre.
Destacó que en la segunda búsqueda participaron 55 personas, entre padres y madres de personas desaparecidas, así como representantes de diversos colectivos, entre ellos Abogados Democráticos, que fueron escoltados por más de 40 elementos de la Policía Estatal Única (PEU) y dos peritos forenses.
Señaló que la idea de la búsqueda surgió al darle seguimiento al caso de la joven Esmeralda Castillo Rincón, y cada vez se suman decenas de personas.
Luego de informar que ya solicitaron la intervención de personal de la Procuraduría General de la República (PGR), la abogada Karla Michelle Salas sostuvo que uno de los objetivos en el rastreo “era buscar en zonas donde originalmente las autoridades de la Fiscalía no lo habían hecho, desde donde inicia el cauce del arroyo, y (para ello) nos dividimos en cinco grupos de 10 personas. Un sexto grupo documentó la información del pozo y próximamente buscaremos ahí”, detalló.
Añadió: “Una de las lecciones que nos deja este (segundo) rastreo es que a diferencia de lo que había mencionado la autoridad de que los restos óseos eran traídos por el río, después del análisis que hacemos es que en realidad los cuerpos son arrojados en el lugar donde han sido encontrados, y algunos son llevados por los animales”.
Los cadáveres no son arrastrados por el arroyo, fueron abandonados ahí por los grupos criminales, insistió la activista.
Por su parte, José Luis Carrillo, padre de Esmeralda, pidió a la ciudadanía que aporte datos sobre la localización de fosas o restos, ya que con esa ayuda han logrado los hallazgos.
David Peña, miembro de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, explicó que los peritos son quienes hacen la investigación de los restos y los ciudadanos sólo informan sobre su localización.
Proceso