Vinculan a proceso a homicida de sexoservidora

Basados en los elementos incriminatorios por el modo, tiempo y lugar, así como videos, dictámenes periciales, estudios, planimetría, comportamiento telefónico, testimoniales, entrevistas y declaraciones; un Juez de Garantía impuso como medida cautelar prisión preventiva a Francisco Javier Loeza González, en tanto que se fijó un plazo de seis meses para el cierre de la investigación.

La Fiscalía Especializada de la Mujer expuso que la indagatoria, inició a partir del hallazgo del cadáver de la víctima el 14 de junio, el cual fue ubicado en la calle Ramón Córdova y Reforma Urbana, con sus senos expuestos en la vía pública, huellas de estrangulamiento y lesiones en el pie derecho (por arrastre). Además en el procesamiento de la escena del crimen, se le encontró a la occisa ropa interior en la boca y una botella de plástico introducida en el ano.

Fue entonces, que elementos de la Policía Estatal Única división Investigación, iniciaron con el desarrollo de las indagatorias, en las que se pudo establecer en primera instancia que la víctima era sexoservidora y que la noche del 13 de junio, estuvo entre las 21:00 y 23:00 horas en las afueras del Motel Mirage que se ubica en la avenida Tecnológico.

Asimismo, la Ministerio Público estableció que en la noche, se retiró del lugar con Francisco Javier Loeza González, a quien conocía desde hace tiempo, toda vez que es hijo  del dueño del motel en el que ella llevaba a sus clientes y que durante los primeros minutos del domingo, el detenido asfixió a la mujer de manera manual sin motivo aparente, solo por el hecho de “ser una prostituta”.

Además dentro de las indagatorias se pudo obtener que después de asesinarla, trasladó el cuerpo sin vida en una motocicleta a calles de la colonia Revolución, donde arrastró el cadáver 200 metros, dejando expuesta la parte superior del cuerpo, además de robarle el dinero, tarjetas y teléfono celular.

A través del trabajo ministerial, se desarrollaron una serie de diligencias, entre éstas, el análisis de videos en moteles aledaños a la zona en la que fue vista por última vez, imágenes en las que aparece el imputado a bordo de la motocicleta el día en que ocurrieron los hechos, además se realizaron entrevistas a personas conocidas que confirmaron una amistad entre el agresor y la occisa, asimismo, se llevó a cabo un estudio en el comportamiento del teléfono celular (el cual no había sido encontrado).

Dentro del móvil, se detectó que estaba siendo usada la línea, que incluso había llamadas salientes a distintos números;  por lo que en una acción encubierta, agentes de la Fiscalía Especializada de la Mujer, se hicieron pasar por un familiar de la víctima, ofreciéndole ayuda económica para su hijo, por lo que dentro de la conversación,  se concretó un punto de encuentro.

Dentro de lo acordado, el “familiar” de la víctima le entregaría 10 mil pesos para que se “ayudara”, esto en una tienda de conveniencia que se ubica en la colonia Revolución, lugar a donde llegó el imputado a bordo de una motocicleta y manifestó al Policía encubierto que iba a recoger el dinero de “Mari”, fue entonces que se procedió a la detención de Francisco Javier Loeza González.

Al realizarle una inspección, se le aseguró el teléfono celular de la víctima y la motocicleta (misma en la que aparece en los videos analizados); por otro lado, el detenido presenta rasguños en la espalda, mismos que le fueron realizados como acto de defensa por la víctima cuando fue asfixiada por éste.

Como pruebas, se suman las llamadas recientes que había realizado, tanto a su familia, como a su novia, a quien iba obsequiar las pinturas, maquillajes y cosméticos que se encontraban en una bolsa; además de poner en la foto de perfil del Whatsapp una imagen en la que aparece él.

La investigación refiere que Francisco Javier Loeza González de 24 años de edad, asesinó a Iris María López Rico solo por “ser prostituta”; además que él jamás pensó que la autoridad fuera a investigar el hecho ilícito porque la víctima era una sexo servidora, denotando con esto una conducta misógina y peligrosa; reforzando aún más la teoría de esta representación social.