Tabetha Boyajian, una astrónoma de la Universidad Estatal de Luisiana, descubrió una estrella que fue considerada “la más misteriosa del universo” en 2015. De allí el apodo que recibió: Tabby. A unos 1 mil 300 años luz de la Tierra, ubicada en la constelación Cygnus, en los bordes externos de la galaxia, desveló a la ciencia por su extraño comportamiento, por su oscurecimiento y su parpadeo constante.
Sin embargo, la sorpresa mayor llegó el fin de semana pasado cuando por fin pudieron observar en directo la atenuación del brillo de la estrella; una oportunidad única para comprender el fenómeno e identificar qué es lo que bloquea la luz de KIC 8462852, su nombre técnico.
El oscurecimiento es parte de un proceso habitual en las estrellas, aunque ningún cuerpo celeste se comporta como Tabby. Su brillo entre 1890 y 1989 cayó en un 20 por ciento. A su vez, en los últimos cuatro años, experimentó una caída abrupta, lo cual sugiere que un objeto masivo orbita en torno a ella.
Desde entonces, las teorías para explicar su funcionamiento se multiplicaron. La que mayor adhesión encontró en su momento fue que Tabby estaba envuelta en una nube de polvo, en una acumulación de escombros producto de un impacto de asteroides cercanos. Sin embargo, esa razón no aplica ya que debería tratarse de un astro joven.
En las primeras etapas de un sistema solar, los discos de polvo cuelgan alrededor de la estrella madre antes de ser moldeados por la gravedad de los planetas. De existir, ese polvo emitiría radiación infrarroja detectable, pero los astrónomos no lo observaron en torno a KIC 8462852, lo cual sugiere que es demasiado “vieja” para esta hipótesis.
Jason Wright, astrónomo de la Universidad de Pensilvania, trabaja desde hace años junto a su colega Boyajian en el estudio de la estrella. Wright esbozó la teoría más descabellada, que asombró a la comunidad científica. De acuerdo a su mirada, podría tratarse de “una megaestructura alien”, es decir, artefactos tecnológicos construidos por una avanzada civilización espacial que bloquean la luz de Tabby.
En esta ocasión, los astrónomos podrán tomar “espectros” de la estrella que oscila, lo que les dirá con qué tipo de material se hacen los objetos en órbita. Pese al escepticismo que despertó, Wright cree que pueden ser de origen tecnológico.
Hasta el momento, ninguna explicación de plano racional logró exponer con éxito su desconcertante comportamiento. Podrían estar implicados múltiples fenómenos que causen su oscurecimiento. Más allá de la variedad de opiniones, en donde sí coinciden los astrónomos que la examinan es en la necesidad de más datos que, por fin, arrojen certezas.
Fuente: Sin Embargo
Source: Crealo