Mientras el Gobierno de Donald Trump estudia la aplicación de un impuesto de 20% a las importaciones provenientes de México para recuperar los fondos destinados a la construcción de un muro en la frontera, no son pocos quienes se preguntan sobre el impacto de esta medida en el mercado automotriz. Informó la agencia de noticias AP.
Un estudio revela que el grupo indo-británico Jaguar Land Rover sería el más golpeado, al tiempo que los fabricantes estadounidenses Tesla y Ford se beneficiarían del encarecimiento de sus competidores.
De acuerdo con la firma de estudios de marketing Baum & Associates LLC considera que la mayoría de las compañías automotrices, cuya producción se lleva a cabo en México, se verían obligadas a elevar los precios de sus vehículos para contrarrestar los costos, debidos a los nuevos aranceles que han propuesto los legisladores republicanos.
En el caso de Jaguar Land Rover, por ejemplo, el aumento de precios debería ser de más de 17 mil dólares por vehículo.
Como cabe suponer, a las compañías que producen exclusivamente en territorio estadounidense —como Tesla— no les afectaría en lo más mínimo.
Las estimaciones apuntan a mostrar el impacto relativo del plan tributario en cada fabricante de autos, según Alan Baum, de Baum & Associates, con sede en West Bloomfield, Michigan.
Es improbable que los fabricantes aumenten los precios en más de unos pocos miles de dólares por auto y probablemente también tendrán que soportar parte de la mayor carga impositiva.
Con una producción de un 82% en suelo nacional, Ford tendría un costo extra de unos 282 dólares por unidad, mientras otras como Fiat Chrysler, General Motors, Honda y Toyota, con una tasa de producción doméstica de un 60%, colocaría sus gastos en unos 995 dólares por cada vehículo entrado y vendido en el país.