El diario Excélsior publicó que mediante una petición a change.org, Erika Samara Roldán, solicitó al gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, acabar con un ritual que se realiza en el festival Kots Kall Pato, en el poblado de Citilcum y en que involucra a animales vivos.
Gracias a esta petición, que ya suma 250 mil firmas, por la probable comisión de actos de crueldad animal durante la realización de un ritual de sangre y muerte en Yucatán, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), interpuso una denuncia ante la Fiscalía General y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del estado.
La siguiente es la carta enviada, además, a tres funcionarios estatales.
Erradicar la práctica salvaje de matanza a animales en festejos del municipio de Izamal en la comunidad de Citilcum
No podía dar crédito cuando me enteré, leyendo un artículo, del festival Kots Kaal Pato en el que cada año decenas de animales vivos son literalmente molidos a palos como piñatas. Esto ocurre en el poblado de Citilcum en el estado de Yucatán, y tiene que parar.
El origen de esta tradición nadie lo conoce, ni siquiera los ancianos del pueblo. Y de lo que se trata es que en el centro de Citilcum cuelgan piñatas, pero en lugar de que éstas contengan fruta o dulces, como normalmente se acostumbra en México, dentro tienen animales que una noche antes fueron capturados por los niños de la localidad.
La mayoría de los animales que los niños atrapan son diferentes tipos de iguanas, pero el animal más preciado es la zarigüeya. Este marsupial está amenazado e, incluso, está protegido en otros países. Aquí los matan por diversión.
Después colocan a los animales dentro de las piñatas y, sin más, éstas son golpeadas. Es inevitable que las iguanas y zarigüeyas mueran; y si acaso alguna sobrevive, la multitud empieza a lanzar a los animales de un lado a otro hasta que caen al suelo ya sin vida o, en su defecto, mueren aplastados a pisotones.