El grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) lleva a cabo en Siria un saqueo arqueológico a escala “industrial”, ha denunciado este miércoles la Unesco.
En este sentido, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) ha subrayado la necesidad de luchar contra el tráfico de objetos de arte que sirven para financiar al grupo terrorista.
Las imágenes de satélites y el flujo de objetos antiguos observado en los mercados clandestinos son la prueba de un “saqueo a escala industrial”, a través de “miles de excavaciones arqueológicas ilegales”, se ha alarmado la directora general de la Unesco, Irina Bokova, en una rueda de prensa en Sofía, capital de Bulgaria.
“Limitar el tráfico de objetos de arte es en estos momentos la prioridad número uno”, ya que “sirve para el financiamiento de los extremistas”, ha asegurado Bokova, llamando a los países de la Unión Europea (UE), en particular, a “consolidar su legislación para frenar” este fenómeno.
Paralelamente a las destrucciones de carácter ideológico de los sitios antiguos, el grupo terrorista EIIL lleva a cabo un importante tráfico de objetos antiguos, excavados sin contemplaciones en este país árabe en el que abunda el patrimonio histórico.
El Templo de Bel, el más importante de las históricas ruinas de Palmira, centro de Siria.
Imágenes de satélites de la Organización de Naciones Unidas (ONU) mostraron el 1 de septiembre la destrucción por los terroristas del templo de Bel, tesoro de la ciudad antigua de Palmira, un “crimen intolerable contra la civilización”, según la Unesco.
“El mundo espera que llevemos a cabo acciones decisivas y sin concesiones” para “terminar con esta fuente de financiación de los extremistas”, ha indicado.
Siria es considerada la cuna de la civilización humana y es el hogar de algunos de los monumentos más valiosos del mundo antiguo, entre ellos seis sitios del patrimonio mundial de la Unesco.
Imágenes captadas por satélites de la agencia UNOSAT muestran el templo de Bel, en Palmira antes (izda) y después (dcha) de la destrucción.
Más de 900 monumentos y sitios arqueológicos han sido saqueados, dañados o destruidos en cuatro años de guerra civil, ha afirmado la Asociación para la Protección de la Arqueología en Siria, que señala que el fenómeno se intensificó desde la aparición del grupo terrorista EIIL.
Los terroristas han destruido tumbas y torres famosas en Palmira, clasificada patrimonio mundial de la Unesco.
Bokova ha descrito la destrucción en Palmira como “un delito contra la civilización porque era un símbolo del diálogo cultural”. Por su parte, el director de antigüedades de Siria, Mamun Abdulkarim, ha estimado que “no es simplemente la historia de Siria la que están tratando de destruir, sino una página de la historia de la humanidad”.
La Unesco ha advertido en varias ocasiones de la destrucción del patrimonio cultural en los países árabes, tanto en Irak y Siria (en manos de los terroristas de Daesh), como en Yemen (bombardeado por el régimen saudí).