En México, al igual que en Europa, ya no sólo preocupa la economía, sino también la demografía, publica el medio nacional El Financiero.
El país ocupa el sexto lugar en ritmo de envejecimiento de entre 66 países del mundo, de acuerdo con un ranking elaborado por Bloomberg, lo que provocará un rápido crecimiento del gasto en pensiones y servicios de salud y un riesgo de quiebra de las finanzas públicas de los estados en un plazo de 20 años.
Un comparativo que considera cifras de 1981 a 2011 para los 66 países de mayor aumento de personas mayores de 65 años, expone que en México este grupo aumenta anualmente a una velocidad de 3.02 por ciento, comparable con Japón, de 3.01 por ciento, el país con mayor número de ancianos respecto a su población total.
Singapur es la nación que más rápido suma adultos mayores a su población, con una tasa anual de 4 por ciento.
En México, la tasa de crecimiento demográfico es de 1.28 por ciento para la población en general, de acuerdo con datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), sin embargo, la tasa para las personas de 65 años y más es el doble.
Los cálculos. Se estima que en 2050 habrá más de 18 millones de viejos sin ingresos, lo cual debilitará el mercado interno.
El envejecimiento. De la población implicará dejar atrás el bono demográfico y la reversión de la pirámide poblacional a 2025, estima Moody’s.
“¿Qué pasará cuando tengamos muchos viejos con poca o sin pensión y además estén enfermos y no puedan comprar porque no tienen recursos? El mercado interno no se va a fortalecer con los viejos cuando menos -recursos- tengan. Tendremos un país débil económicamente, esa es la magnitud de lo que se avecina”, advirtió Carlos Lozano, presidente del Colegio Nacional de Actuarios.
Apuntó que en 2022 surgirá la primera generación de jubilados de las Afores, quienes serán los primeros en exponerse a esa situación de crisis, toda vez que sólo recibirán el equivalente a un tercio de su salario vigente.
En tanto, se estima que en 2050 cada trabajador tendrá que sostener cuatro veces más jubilados que como ocurre actualmente.
Los especialistas aseguran que el rápido envejecimiento de los mexicanos representa un riesgo social, pues cerca de 88 por ciento de la Población Económicamente Activa tendrá una renta mínima derivada de la Pensión Universal (de aprobarse en el Congreso en los términos planteados) o de las cuentas individuales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
LA BOMBA, PASIVOS DEL SECTOR PÚBLICO
Roberto Díaz, director en Beneficios de Valuaciones Actuariales del Norte (VAL), señaló que para calcular el monto del pasivo total del país en materia de jubilaciones y pensiones, se debe considerar que hay muchos sistemas pensionarios que no están registrados y que algunas pensiones se entregan de manera discrecional.
Cabe señalar que el monto de los pasivos contingentes de la generación actual de trabajadores (sin considerar la Pensión Universal) es cercana a 120 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
De ese porcentaje únicamente 31 por ciento es del IMSS asegurador y el 89 por ciento restante representa el pasivo contingente de los sistemas de pensiones a los que están afiliados servidores públicos.
“En otras palabras, cada millón de mexicanos afiliados al IMSS representa cerca de 2 por ciento del PIB, mientras que cada millón de mexicanos afiliados a algún esquema de pensiones de servidores públicos representa cerca de 17 por ciento del PIB”, ejemplificó Díaz.
En ese sentido, Carlos Palencia, de la Consultoría Estratégica & Outsourcing, dijo que preocupa la deuda de los sistemas de pensiones del ISSSTE, IMSS, Pemex y de la CFE, cuyo monto asciende a 10 billones de pesos. De éste el ISSSTE representa 51.6 por ciento del pasivo pensionario, IMSS con 28.2 por ciento, Pemex 14.7 por ciento y CFE con 5.4 por ciento.
En el caso del pasivo de los sistemas de pensiones de las entidades federativas, VAL estima que asciende por lo menos a 1.6 billones de pesos, aunque los estados tienen en caja únicamente 20 por ciento de los recursos requeridos para el pago de pensiones.
Mientras que, sólo hay cinco estados autosuficientes para hacer frente a estos gastos de jubilación y el resto quebraría antes de 2034.