Cárteles del narco se disputan la Sierra Tarahumara

Noticias de Chihuahua.-

Un extenso reportaje de Excélsior señaló que los cárteles de la droga que se pelean la sierra Tarahumara, han aumentado la espiral de violencia que en un mes provocó que esa región se convirtiera en el foco rojo.

A pesar de que los índices de homicidios dolosos por arma de fuego han disminuido notablemente en el estado, en algunos municipios de esa zona hay más ejecuciones que en la capital y la propia Ciudad Juárez, considerada años atrás como la urbe más violenta del mundo.

Aun cuando el fiscal del estado, Jorge González Nicolás, festejó que septiembre es el mes que ha tenido menos homicidios en el año, 75 en total, los contrastes muestran el alto grado de violencia que persiste en la Tarahumara.

Mientras en Ciudad Juárez ocurrieron 17 ejecuciones, en la zona sur de la sierra se registraron 21; la mayoría, alrededor de 15, en el municipio de Guadalupe y Calvo.

Otro municipio de alta peligrosidad por la presencia de criminales es Chínipas, en la zona occidente del estado, región que presentó 15 homicidios con arma de fuego.

El fiscal explicó que las cifras son así porque en la Tarahumara hay un amplio territorio donde chocan bandas criminales a balazos, porque así dirimen sus controversias.

Recientemente en Guadalupe y Calvo se enfrentaron Gente Nueva y La Línea, brazos armados de los cárteles del Pacífico y de los Carrillo Fuentes, respectivamente; hubo 10 muertos.

Especialistas señalan que la violencia creció tras la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán.

Tras la fuga del Chapo Guzmán, los homicidios en la zona del Triángulo Dorado se dispararon por encima de los que reporta la ciudad fronteriza y la capital de Chihuahua.

La fuga de Joaquín El Chapo Guzmán trastocó el mapa de la violencia en Chihuahua: la sierra Tarahumara es ahora la capital de los homicidos ­—sobre todo a causa de la lucha a muerte entre los cárteles del Pacífico y el de los Carrillo Fuentes—, mientras que Juárez, otrora el lugar más peligroso del mundo, tiene índices más bajos de criminalidad.

Aun cuando el fiscal del estado, Jorge González Nicolás, festejó que el pasado mes septiembre es el que ha tenido menos homicidios durante el año, con 75, los contrastes muestran el grado alto de violencia que persiste en la Tarahumara, ya que mientras en Ciudad Juárez se dieron 17 ejecuciones, en la zona sur de la sierra se registraron 21, la mayoría —alrededor de 15— en el municipio de Guadalupe y Calvo.

Otro municipio de alta peligrosidad por la presencia de grupos criminales, es el de Chínipas, en la zona occidente del estado, región que presentó 15 homicidios con arma de fuego, número superior al dado en la ciudad de Chihuahua.

El propio fiscal chihuahuense explicó que estas cifras se deben a que en la sierra Tarahumara hay un amplio territorio donde se dan enfrentamientos entre bandas criminales, con saldos de varios muertos.

“La gran mayoría de las acciones de los delincuentes se dan por enfrentamientos entre ellos, son acciones alejadas de los pueblos, de las comunidades. Y son en sus municipios, que es como ellos dirimen sus controversias, cuando se topan en aquellos lugares”.

Esto se explica, en parte, porque estas entidades se encuentran en la zona conocida como el Triángulo Dorado, sección de la sierra Tarahumara donde convergen los estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, y es ideal para la siembre de enervantes.

Por ejemplo, la Quinta Zona Militar informó que destruyeron durante el mes de septiembre 40 plantíos de mariguana, con una superficie de 54 mil 900 metros cuadrados.

El pasado mes de septiembre, en el municipio de Guadalupe y Calvo, se dieron dos enfrentamientos entre grupos armados, de Gente Nueva y La Línea, brazos armados de los cárteles de la droga del Pacífico y de Carrillo Fuentes, respectivamente, con saldo de cinco hombres muertos en cada uno de ellos.

Ese mismo mes, pero en Chínipas, al occidente, un comando armado atacó una comunidad, asesinando al único policía municipal de la zona, de 72 años de edad. Al acudir la policía y el Ejército, se enfrentaron a los criminales, abatiendo a dos de ellos.

Este incremento en la violencia en la sierra Tarahumara, que afectó a la población ajena a los cárteles del narcotráfico, obligó al gobierno de Chihuahua a solicitar el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional, cuya respuesta fue enviar a cientos de militares a la zona sur de la sierra Tarahumara, principalmente a Parral y Guadalupe y Calvo.

Paralelamente, el fiscal Jorge González Nicolás, promovió, en una reunión agendada por la Secretaría de Gobernación, que los estados de Sinaloa, Durango, Sonora y Chihuahua permitan el ingreso a sus regiones de policías estatales para capturar a los criminales que evaden la justicia trasladándose de una región a otra.

El problema en la sierra Tarahumara es tan grave por la presencia de los cárteles de la droga, que de acuerdo a estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los homicidios por cada 100 mil habitantes, es muy superior al índice nacional.

Por ejemplo, en septiembre Chihuahua registró el menor índice de homicidios con arma de fuego: se dieron 17 en Ciudad Juárez, que tiene una población de cerca de dos millones de habitantes, mientras que en el municipio de Guadalupe y Calvo se dio el mismo número de ejecuciones, con poco más de 50 mil habitantes.

Tan sólo en la sierra Tarahumara se reportaron en septiembre 36 homicidios con arma de fuego, ligados al narcotráfico, en tanto que en Ciudad Juárez y Chihuahua Capital, solamente se registraron 27.

Algunos especialistas han señalado que el incremento de la violencia en la sierra Tarahumara se dio luego de la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán, ya que históricamente el cártel del Pacífico ha peleado violentamente contra La Línea, para apoderarse del territorio Chihuahuense, especialmente el llamado Triángulo Dorado, en lo más abrupto de la sierra Tarahumara, especial para la siembra de mariguana, amapola y la instalación de laboratorios para elaborar drogas sintéticas.

Desde la fuga de El Chapo, en el municipio de Guadalupe y Calvo, enclavado en la zona de el Triángulo Dorado, los homicidios han ido creciendo desde junio con 8, 9, 10 y 15 homicidios cada mes.

Conscientes de ello, el fiscal de Chihuahua anunció que se realizarán incursiones policiales y del Ejército en este territorio, incluido Sonora, con células pequeñas o con cientos de agentes, para detener a los principales capos de la droga: “Estos operativos son preestablecidos, dependiendo del lugar, del tipo de situación que se va a dar, es el número de agentes que enviamos. Habrá operativos pequeños, y otros, cuando se trate de delincuentes muy importantes o sean varios delincuentes en zonas muy complicadas, estaremos enviando contingentes hasta de 200 agentes por cada estado”.

Jorge González Nicolás aseguró que la fuerza del estado se aplicará para proteger primordialmente a la población civil que se encuentre en medio de los enfrentamientos de estos grupos criminales, ya que es difícil evitar que los cárteles se enfrenten entre sí, sobre todo en regiones tan grandes como la sierra Tarahumara.

Ante ello, el fiscal chihuahuense puntualizó: “Hemos logrado controlar Guadalupe y Calvo, Guachochi, Urique, Parral y cuando surge un brote de violencia que pueda poner en peligro a la sociedad, inmediatamente hay una respuesta.

“Cuando a veces ellos en la sierra, en el monte, deciden enfrentarse dos células de la delincuencia organizada, nosotros tenemos nuestras prioridades, y la primera prioridad que tenemos es la de siempre cuidar y proteger a la gente de bien.

“En este estado, cuando delincuentes se enfrentan, desde luego que acudimos porque son brotes de violencia, pero finalmente si ellos así dirimen sus controversias, la autoridad está enfocada a cuidar a la gente de bien”, expuso el fiscal de Chihuahua en entrevista.

Hace 31 años, en el municipio de Jiménez, al sur de Chihuahua, tuvo lugar uno de los decomisos más cuantiosos al narcotráfico. Fue en una inmensa propiedad de Rafael Caro Quintero.

El 6 de noviembre de 1984, unos 450 soldados ingresaron a un rancho del capo Rafael Caro Quintero, en la localidad de Búfalo, municipio de Jiménez, donde decomisaron campos enteros de mariguana.

La propiedad, de unas mil hectáreas, se ubica al sur de Chihuahua y está próxima a la zona conocida como el Triángulo Dorado, zona donde coinciden las fronteras de Chihuahua, Sinaloa y Durango, y donde se han disparado en los índices delictivos desde la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán.

Sólo el primer día, los militares decomisaron dos mil toneladas de la droga y detuvieron a 500 personas.
Al final de un operativo de varios días, la mariguana contabilizada, empaquetada y sembrada, fue de más de 10 mil 900 toneladas.

El costo de la droga, de haber llegado al mercado negro de estupefacientes de Estados Unidos, hubiera sido superior al billón de pesos, según informó el entonces coordinador general de la Campaña contra el Narcotráfico, Jesús Antonio Sam López.

“Los labriegos habían sido acarreados de diferentes estados del país mediante engaños y luego obligados por los narcotraficantes con amenazas de las armas, a descargar, limpiar y empaquetar la yerba”, informó Excélsior en su edición del 10 de noviembre de 1984.

“El ir y venir de los helicópertos, patrullas de la Policía Federal de Caminos, miembros del Ejército y agentes federales parecía no importar a los detenidos, quienes al ser entrevistados aseguraron que fueron sorprendidos por enganchadores, los que se aprovecharon de su ignorancia y necesidad para obligarlos a laborar”, relataron Rafael Medina y Roberto Meléndez, enviados de Excélsior.