Las Vegas, capital del juego y del placer, en Nevada (oeste), será por una vez epicentro de la política, cuando Clinton, Sanders y otros tres aspirantes tomen el escenario para un despliegue de sutiles diferencias, que anticipa un contraste con el dramático choque de personalidades en el partido Republicano, informa Infobae.
También será un contingente menos numeroso y menos diverso: sin candidatos negros o de origen latino. Y como en el bando conservador, una sola mujer en competencia.
Aunque ausente, el vicepresidente Joe Biden, dubitativo sobre una eventual candidatura, planeará como una sombra sobre el encuentro.
Los demás aspirantes -el ex gobernador de Maryland Martin O’Malley, el exs enador Jim Webb y el ex gobernador de Rhode Island Lincoln Chafee-, que exhiben índices de popularidad de un dígito, intentarán hacerse notar.
Para Clinton, que fue senadora y secretaria de Estado, el objetivo será convencer que tiene la experiencia para ser la primera mujer presidente y llevar un tercer mandato seguido para los demócratas por primera vez desde las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial.
Pero al lado tendrá a Sanders, el senador independiente por Vermont (noreste) que atrae multitudes con su “revolución política”.
“Hillary necesita mantener su estatus de favorita y los otros deben competir por ser la alternativa. Y eso siempre es difícil, especialmente en una primaria donde, como todos son del mismo partido, las diferencias entre los candidatos son sutiles, no deslumbrantes”, escribió Elaine Kamarck, del centro de estudios Brookings.
Casi ocho años después de su amarga derrota frente a Barack Obama en la carrera por la investidura demócrata, Clinton, de 67 años, regresa nuevamente como la candidata a vencer, aunque arrastra una reputación de ser distante con los votantes.
Tampoco ha podido deshacerse del escándalo por el uso de un servidor de correo privado durante su gestión como secretaria de Estado. A nivel nacional, Clinton mantiene la delantera en las encuestas, pero va por detrás de Sanders en New Hampshire y su ventaja es modesta en Iowa, dos estados claves del inicio de las primarias en 2016.
Aunque evoca más reacciones negativas que positivas (49% contra 47%) entre la población general, es más popular que Sanders entre los demócratas, que la ven de manera favorable en 79%-19%, comparado con la proporción 47%-24% del senador, según un sondeo del Washington Post y ABC News publicado este martes.
En la búsqueda de los votos de la izquierda estadounidense, se espera una competencia por ver quién luce más combativo frente a Wall Street o el lobby de las armas, o quién es el más crítico respecto de los tratados de libre comercio o de las intervenciones militares en el extranjero.
A la vez, buscarán atraer a los votantes jóvenes y negros, que representan una tajada importante de la base demócrata.
Fuente: Infobae