En 1862, la escarpada Sierra Madre Oriental estuvo del lado de los mexicanos durante la intervención francesa, desgastando entonces las energías del considerado ejército más poderoso del mundo.
El turno tocó esta vez a la Sierra Madre Occidental, una barrera natural de 1,300 kilómetros de longitud, que resguardó a los mexicanos ante un huracán calificado también como el más peligroso jamás registrado en la Tierra.
Patricia levantó las alertas en la tarde-noche del jueves. Y una imagen captada el viernes desde el espacio que evidenció las enormes dimensiones de este fenómeno meteorológico, perfiló considerables daños para el territorio mexicano al mismo tiempo que el huracán tocaba tierra en Playa Pérula, en la costa de Jalisco, ya convertida entonces en categoría 5 en la escala Saffir-Simpson.
El huracán amenazaba con golpear el territorio mexicano con ráfagas de vientos de 350 km/h y de 400 kilómetros en sus momentos más temibles; y con olas de hasta 12 metros en la costa, el equivalente a una construcción de cuatro pisos. Se advertía entonces también que Patricia tenía la fuerza necesaria para echar a volar vehículos y por supuesto a personas.
Y para conocer más de Patricia se anunció el envío de una aeronave identificada como el “caza huracanes” del gobierno estadounidense.
Las autoridades exhortaron a la población a resguardarse en las zonas más seguras de sus hogares y aquéllos que no contaran con un mejor sitio, a guarecerse en alguno de los refugios repartidos entre Jalisco, Nayarit, Colima y Michoacán, que estuvieron perfectamente localizables vía telefónica o por Internet, en Google.
México no quería repetir experiencias como los del huracán Odile que devastó Acapulco apenas hacía dos años.
El gobierno mexicano anunció que se habrían evacuado a cerca de 50,000 personas de los distintos balnearios turísticos, entre ellos a 10,000 turistas que fueron evacuados por tierra y principalmente de la llamada Riviera Nayarita. Puerto Vallarta, el destino que se encontraba en el camino de Patricia había cerrado la navegación área.
Pero apenas al entrar a Jalisco, Patricia se encontraría con uno de los dos muros que parten a México en dos y cada uno mirando hacia una de las costas del país.
Patricia chocó entre la noche del viernes y la madrugada del sábado con la Sierra Madre Occidental y la fortaleza de ésta lo degradó primero a categoría 4 en Saffir-Simpson, luego a tres y sucesivamente hasta la categoría 1 en el amanecer del sábado. Luego la empujó hacia dentro del territorio convertida en tormenta y depresión tropical.
De camino hacia la costa del Atlántico, por la ruta de Tamaulipas y Texas, Patricia se movía con vientos sostenidos máximos de 80 kilómetros por hora y a su paso por Jalisco, Zacatecas, Nuevo León y San Luis Potosí dejó inundaciones, deslaves y torrenciales lluvias, pero no pérdidas irreparables. El gobierno mantuvo la alerta pese a la pérdida de fuerza de Patricia.
En su paso, también, por esos estados afectó las comunicaciones de la población. Teléfonos de México reportó afectaciones en 29 localidades de Jalisco, Colima, Nayarit y Michoacán; AT&T y Movistar también advirtieron fallos y de inmediato las tres empresas enviaron personal técnico.
Pemex, las aerolíneas Interjet y Volaris, la banca y otras también reportaron daños menores, pero en el transcurso del sábado comenzaron a normalizar sus operaciones y el concesionado aeropuerto de Puerto Vallarta regresó a la normalidad, así como el resto de los aeropuertos que opera la dependencia ASA.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional del Agua declararon a Patricia como una depresión tropical pasado el mediodía y cuando el meteoro ya estaba en camino a Texas y Tamaulipas, al otro lado del país por donde entró.
La Sierra Madre hizo su parte: su macizo montañoso había contenido el poder de Patricia, reconocieron por separado los titulares de las secretarías de Turismo y de Comunicaciones y Transportes ante las cámaras, pero insistieron a los mexicanos no bajar la guardia.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, enfatizó también en seguir las recomendaciones. Y aunque declaró el levantamiento de la alerta por Patricia. Entonces, la alerta para Jalisco, Colima y Nayarit había quedado atrás y mientras el desaparecido huracán continuaba su camino hacia la otra costa del país.
Peña Nieto agradeció a la población que divulgó las alertas, a la que atendió las recomendaciones y sostuvo que México avanza hacia la consolidación de su sistema de protección civil para difundir de manera efectiva las medidas preventivas, y también que se hizo lo correcto.
Renato Sales Heredia, comisionado Nacional de Seguridad, informó que hasta el momento no se han presentado actos de rapiña en ninguno de los tres estados afectados por Patricia y para mantener el orden fueron desplegados 25,000 elementos entre Policía Federal, el Ejército, la Marina y la Gendarmería.
Lo que se perdió fueron los hogares en Chamela, un poblado costero de Jalisco, habitado por unas 40 familias de pescadores y jornaleros. Allí Patricia soltó su furia sobre Chamela, pero no más adentro.
La Sierra Madre Occidental de alguna manera había su trabajo a favor de México.